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Lagunas del Padul I
Uno de los parajes más ricos e interesantes de toda la provincia corresponde con uno de mis humedales favoritos, el sistema de lagunas del Padul.

Panorámica de la Laguna Grande del Padul
El sistema lagunar corresponde a una cuenca de turbera pantanosa a los pies de Sierra Nevada y actualmente forma parte del Espacio Natural Sierra Nevada, con lo que goza de cierta protección ambiental. Sin embargo, no se encuentra ni mucho menos exenta de peligros y amenazas, si bien es cierto que desde finales de los 90 se está imponiendo una lógica ambiental y sociocultural que llamaba a gritos a las puertas de las administraciones publicas. Poco a poco la laguna recupera su área de extensión y sus ecosistemas colindantes, pero acaece aún de las explotaciones de minería de turba que en tan alto riesgo de desaparición las pusieron. De hecho, los derechos de explotación siguen vigentes y afectando al devenir de las lagunas más meridionales; lo bueno es que la prerrogativa ambiental tiene más visos de imponerse que antaño así que esperamos que año a año se vaya recuperando terreno y solucionando daños e impactos de un pasado con mentalidad menos ecológica.
Panorámica de un charcal inundado este año 2014 cerca de la Laguna Agia
Así las cosas, tenemos que hablar de dos grupos de lagunas en el sistema lagunar: las lagunas y charcas del Agia y la laguna Grande del Padul. Las primeras son las que actualmente se encuentran impactadas por la extracción de turba; el segundo subsistema incluye la laguna de mayor extensión y numerosas charcas, fuentes y surgencias. Entre ambos conjuntos y saliendo de los mismos, las madres, zanjas de sangrado y drenaje que en un principio buscaban desecar la zona para uso agrícola y minero, así como para reducir el impacto producido en la salud por el paludismo, transmitido por mosquitos que se daban en plaga a lo largo del sistema y que llegaron a causar grandes estragos. Hoy día, estas madres son más bien canales de flujo para riego o incluso pasillos-corredores entre zonas desecadas o fuertemente impactadas.
Panorámica de una de las Lagunillas de la Laguna Agia
No son pues las madres los principales impactos, y no sólo la extracción de turba perturba la superficie y el bienestar de este ecosistema poco común en la provincia y tan rico en biodiversidad. Hoy en día hay que hacer especial hincapié en el impacto que provocan las lineas de alta tensión sobre la avifauna, y el que producen las especies alóctonas introducidas en la laguna, como las carpas o las tortugas de florida, sobre peces, reptiles y anfibios. Muchas asociaciones ecologistas y voluntariado como la Estación Ornitológica del Padul o AGNADEN, luchan para dar a conocer la biodiversidad local y protegerla contra las amenazas citadas, tanto desde la educación ambiental como desde la actuación sobre el medio y los espacios de este ecosistema.
Ranas en el estanque frente al Centro de Visitantes ‘El Aguadero’
Este espacio lagunar junto con el de la Charca de Suárez en Motril, son ya los únicos reductos para cientos de especies de aves en tránsito, de paso o residentes que ven como, salvo por algunos embalses algo naturalizados, se quedan sin lugares adecuados para su descanso y supervivencia en la provincia. Algunos como el Humedal del Baico en Baza, o las Lagunas de Albolote, son ya únicamente reductos, sueños efímeros muy dependientes de años de exceso de lluvias para cumplir su función de ecosistema para avifauna. Los múltiples ecosistemas que ofrece el Padul dan lugar a que puedan avistarse multitud de tipos difrentes de aves (carriceras, de juncales, de montaña, de ribera…). El problema de las aves es más acentuado si cabe si nos paramos más profundamente a pensar en los anfibios. Algunos como el gallipato (Pleutodeltes walt) ya sólo sobreviven en algunas lagunas montañosas de Loja como el Charco del Negro y en alguna de la charcas y lagunas entre ellas las del Padul. Para otras tantas especies de anfibios, todas ellas muy amenazadas por falta de hábitats, contaminación y cambio climático, tienen en el Padul uno de sus últimos reductos de agua y ambientes protegidos. Yendo más allá, muchas especies de reptiles y mamíferos encuentran protección en sus bosques de ribera y la multitud de ecosistemas que rodean las lagunas, como carrizales y pastizales. Tanto es así que se estima que, si no ha llegado ya, pronto puedan darse poblaciones estables de nutrias en las lagunas y aledaños. La buena labor de conservación y gestión podría lograr tal hito en breve, algo muy trascendental sabiendo de la exigencia de estos animalillos y otros tantos como ginetas y zorros, y multitud de tipos de ofibios (serpientes) en lo que a un ambiente muy cuidado se refiere. Por último, sería un error olvidarse de la rica entomofauna representada por cientos de variedades de mariposas, libélulas, abejas y demás insectos beneficiosos más allá de los, en otra época, temidos y mal gestionados, mosquitos.
Focha cornuda y cormorán
Ánades
Como podéis ver, las lagunas del Padul esconden cientos de secretos y multitud de seres vivos que merecen ser protegidos y preservados para futuras generaciones. Esta labor depende de todos nosotros y como aporte, trataré de ir desgranando sus tesoros post a post. Un fuerte abrazo.
Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)
Charca del Regidor I – Loreto-Moraleda de Zafayona (22.09.12)
Charca del Regidor
¡De nuevo con vosotros! Para esta segunda entrada hemos decidido acercarnos a un paraje poco conocido y sin protección administrativa en absoluto. Esto no hace de menos a este espacio, pero sí lo deja más a merced de los impactos derivados de la implacable acción humana. Pese a todo no es de los lugares con peor conservación ambientalmente hablando que he podido visitar. En esta excursión mi novia LiLi, nuestra perrita Zooey y yo mismo, pasamos una tarde agradable y llena de momentos divertidos y entrañables. Llena de curiosidades y más de una sorpresa inesperada, sin más, os presento la Charca del Regidor.
También conocida como Balsa del Regidor, este humedal de 3’4 hectáreas de superficie inundable se sitúa a medio kilómetro de la población de Loreto, junto a la A-92 (salida de Moraleda de Zafayona). Aunque se puede ver desde la autovía, llegar puede complicarse un poco, así que, una vez entréis en Loreto, pedid indicaciones a los lugareños, seguro que están encantados de indicaros cómo llegar (va sin sarcasmo, es cierto, son gente apañada).
Según llegamos al sitio en cuestión, vemos cómo se encuentra rodeado de cultivos, sobre todo olivares. Tanta presión acaba por dar en una vieja conocida, la eutrofización. Es una auténtica pena que tan habitualmente nos encontremos con este problema pero es casi evidente la causalidad: cuanto más cultivo rodea al humedal, más serio el problema de eutrofización. No se necesita tanto producto fitosanitario… Pero esta balsa es más bien tristemente conocida por episodios de envenenamientos, digamos, ‘accidentales’: el exceso de fitosanitarios en los cultivos así como los vertidos de residuos ganaderos acaba con anátidas envenenadas en sus riberas. Si a esto añadimos la caza digamos también ‘poco regulada’ incluso sobre alguna de las especies con protección legal que habitan en este paraje, se hace evidente que hace falta dar difusión a este espació así como dotarlo de una protección administrativa de manera urgente.
Pese a que se encuentra cerca de la A-92, el impacto visual o de ruidos desde la balsa es mínimo. Es sin embargo otra infraestructura humana la que causa un enrarecimiento dentro de la tranquilidad del observador: las líneas de alta tensión. El constante zumbido de las líneas que cruzan y circundan este paraje, más allá de servir de posadero eventual, podría crear campo electromagnético y una bolsa de ruido vibratorio, ambos perjudiciales. Pero esto es algo que suele pasar desapercibido por falta de pruebas contundentes…,vaya, que si no lo veo, para qué voy a tener precaución por si acaso, algo así como mirar al cielo mientras caminas sabiendo que al final hay un acantilado. Antes o después te la pegas, pero mientras…
¡Pero bueno! Tanto punto negativo va a hacer que esto parezca la puerta del Apocalipsis y nada más lejos de la realidad. Si hay que destacar algo que ensalce verdaderamente este entorno es la tranquilidad y los numerosos puntos que permiten disfrutar de la gran diversidad que nos ofrece sin molestar lo más mínimo a los habitantes tanto acuáticos como ribereños. Podremos observar con tranquilidad multitud de aves que apaciblemente, sobre todo al atardecer, hacen de nuestra visita algo único y ciertamente relajante. Entre otras aves, a lo largo del año, se pueden observar porrones comunes, carriceros, ánades azulones, garcillas bueyeras, garcetas, zampullines, alegres y graciosos gorriones…
Pese a los vuelos de las bandadas y a las bellas estampas que nos brindaron las aves, no son el único atractivo. Si permanecéis un rato en calma sin dejaros ver mucho, podréis ver cómo pequeños puntos cortan la superficie del agua cerca de los árboles semihundidos de los márgenes de la balsa o de los carrizos. No son ramas ni hojas flotando, sino las graciosas naricillas de galápagos leprosos respirando. Es más, si esperáis cerca de los matorrales podréis verlos salir a dar un paseo, aunque al mínimo ruido sólo serán un rastro de burbujas y una foto que no llega a ser lo que queríais. Pero ánimo, hay muchas y seguro que os podéis llevar un buen recuerdo con algo de paciencia. Merece la pena.
Aunque la vegetación ribereña está bastante degradada, cabe destacar que casi en la totalidad del perímetro hace una buena barrera natural que permite tener sensación de aislamiento, corrigiendo así parte de los impactos visuales que circundan y rodean la charca. Olmos y álamos, sauces, carrizos y juncos, almendros y olivos, así como mucha variedad de flores y matorral ripario, hábitat sobradamente bueno para multitud de insectos, aves y pequeños mamíferos, como una familia de conejillos que nos sorprendió, especialmente a nuestra perrita Zooey, cuando circundábamos el paraje. Pese a todo, hay zonas muy degradadas que sólo tienen espino como vegetación, formación vegetal no menos útil para el ecosistema pero si muy invasora y excluyente, lo que resta en parte la belleza visual que causa un hábitat vegetalmente variado. Además, si fuera un ave no pararía mis posaderas en los pinchos y muchas zarzas están tan crecidas que apenas pueden servir de anidamiento a algunas aves paseriformes (gorriones, verdecillos, pinzones…).
Concluyendo, que me extiendo. La Balsa del Regidor es un enclave poco conocido pero muy interesante, digno de visitar y disfrutar, así como de proteger. Pese a los detalles que lo empobrecen ambientalmente, sale adelante con una fuerza que sólo la naturaleza podría tener.
Lo peor: eutrofización, impacto visual, presión agraria, líneas de alta tensión.
Lo mejor: aves, galápagos, conejillos… y el atardecer, muy recomendable! 😉
Link para ampliar:
http://waste.ideal.es/balsadelregidor.htm
http://www.lojawildlife.com/2012/11/the-balsa-del-regidor-granada-province.html
Ruta:
Charca de Suárez I – Motril (01.09.12)
Este blog nace con el objetivo de formar una guía de visitas por el entorno natural de Granada con un toque de humor y sinceridad, pero también desde la denuncia de los impactos y conflictos medioambientales que ponen en riesgo la posibilidad de disfrutar de estos espacios tan vulnerables y necesarios.
En cada entrada trataré de plasmar las emociones que cada lugar nos transmitió y las situaciones ante las que nos vimos LiLi Parejo y yo, Nacho Vílchez, así como las aportaciones de amigos y colaboradores que nos quieran acompañar. Sin más, espero que lo disfrutéis. Primera parada, la Charca de Suárez (Motril).
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El humedal de la Charca de Suárez cubre cerca de 14 hectáreas de terreno dentro del término municipal de Motril, cerca de playa de Poniente (playuki, bien!!). Hidrológicamente pertenece a los humedales del río Guadalfeo, al que dedicaremos pronto una extensa visita. Este humedal ha recibido recientemente protección ambiental como Reserva Natural Concertada, lo que supuso un alivio frente a la presión urbanística y agrícola ante la que muchas personas con buena conciencia ecológica se oponían. Ni mucho menos están solucionados los problemas pero se nota que su protección ha controlado y preservado, al menos en parte, este bello espacio natural.
La visita que LiLi y yo le hicimos a este espacio fue a principios de septiembre, época especialmente buena para ver aves ya que se concentra hasta un 80% del total de especies que se pueden observar en la Charca. Aprovecho para deciros que como ornitólogo no soy muy bueno pero me esfuerzo, que es lo importante (como participar o la intención, todo muy noble).
Pese a todo pudimos ver unos cuanto pajarillos. Esto en buena medida se debe a que el acondicionamiento periférico de miraderos o puntos de observación es bastante bueno. El vallado está especialmente cuidado en torno a las zonas de cría pero en otras partes del recinto se hace demasiado evidente que estamos rodeados de espacios urbanos o industriales, aspecto al que parece que se han adaptado la fauna del lugar.
Hacer la ruta establecida con el guía del entorno se agradece porque ves mucho más de lo que a simple vista se ve. Tanto la visita como el acompañamiento del guía es gratis, aunque es necesario concertar cita previa para lo segundo. Organizáos una visita porque el hombre se lo curra y lo disfrutaréis más a fondo. Si decidís hacerlo por vuestra cuenta, pilláos un panfleto a la entrada, cumplid las normas y disfrutad en silencio.
Esto último es difícil si te toca con un grupo de escolares o familias poco respetuosas…Gentecillas del mundo, luego os quejáis de que no veis nada…¡Silencio! Lo pone nada más llegar en un cartel y hasta el guía te habla bajito al llegar…Si no lo pillas, háztelo mirar, que ésta es la parte sencilla del cuento. Si mantenéis un tono bajo y no vais como elefantes, los pajarillos y demás bichejos humedalísticos os lo agradecerán dejándose ver mejor.
Además de aves de humedal podremos ver otros animales como pequeños y numerosos cachos, pececillos que quizás confundáis con renacuajos, que también haberlos ‘haylos’. Estos simpáticos pececillos no requieren de condiciones muy exigentes en el agua donde viven (los veréis incluso en el río Genil a su paso por el Puente Verde), lo cual explica que vivan medianamente bien en estas aguas que muchas veces pueden venir cargadas de nitratos y fosfatos de las aguas de riego. Esto último causa emponzoñamiento de las aguas con quilos de algas verdes, fenómenos que se denomina eutrofización.
ESPACIO INFORMATIVO. HOY, LA EUTROFIZACIÓN
La eutrofización viene a ser un crecimiento exagerado de algas en aguas dulces debido a que el agua en la que viven recibe mucha carga orgánica de agricultura o industria.
Explico el proceso: Si hay mucho nitrógeno y/o fosfatos en el agua, crecen mucho las algas, consumen mucho oxígeno, se asfixian otros seres vivos, se forma un manto maloliente en superficie, no pasa la luz, se pudre el agua…y no llega a hecatombe mundial por poco.
Normalmente el agua dulce no suele llevar mucha carga orgánica (sistema oligotrófico-poca materia orgánica) con lo cual estas algas se regulan bien. Conforme el río baja sus aguas hacia el mar, éstas van teniendo más materia orgánica, pero si le llega un extra de Navidad en caquita hay problemas. ¿De dónde viene? Normalmente del exceso de fertilizantes en la agricultura y del vertido de detergentes (suelen formar espumas) de industrias. Es un problema serio y difícil de recuperar.
FIN DEL COMUNICADO
Bueno, tras esta parida friki-ambiental/informativa que nunca está de más (el saber no ocupa lugar a menos que lo guardes en tomos de la Larousse), retomamos.
En el camino habilitado que circunda este espacio también pueden verse preciosos camaleones y, por lo visto, incluso están volviendo a reproducirse en el humedal, ¡toma éxito!
Además podéis ver (con algo de suerte) ranitas meridionales, culebrillas, zorros y galápagos leprosos. Estos últimos animalejos son uno de mis animales favoritos y no, no son tortugas sin más. Son galápagos porque están adaptados a la vida en agua y tierra. En concreto estos bichillos se ven bien por la mañana temprano (sí, lo sé, sueñaco tremendo, pero merece la pena), cuando se ponen a tomar alegremente el sol. También se hace interesante ver las múltiples libélulas y caballitos del diablo.
Pasando de los seres animados, las plantas también tienen un importante aporte al humedal. Sirven de soporte y refugio para todos los habitantes de la charca. Así, encontramos muchos carrizales, tarajes, masiegas y sauces. Estos últimos son muy buenos sitios para ver pajarillos paseriformes y es en ellos donde se ha llevado a cabo el colocado de casitas nido. Con suerte y silencio podremos ver lavanderas, ruiseñores, aviones y golondrinas, amén de otros muchos paseriformes (pajarillos tipo gorrión, para hacernos entender). Si no los veis, otra bonita actividad es reconocerlos por su canto, eso seguro que lo tenéis a menos que pasen críos gritando y azotando los caminos como los hunos al llegar a Europa…Pero normalmente se escuchan muchos cantos. Cerrad los ojos y…bueno, primero haceros con una guía sonora de cantos de pájaro para saber qué es qué XD.
Quería comentaros también la original idea para sensibilizar a la población empezando por su base: los niños, esas pequeñas fieras de pelo revuelto. Cada vez que nace un niño en Motril se planta un árbol en las zonas a recuperar del humedal. Una idea genial y que acompaña al crecimiento en la conciencia ecológica de la magnífica gente de Motril. Punto positivo.
Otro punto a favor lo marca la zona de preservación del cultivo de la caña de azúcar. A primera vista puede que no se vea el valor, dado que es una actividad humana. Sin embargo, la conservación social y de prácticas sostenibles es tremendamente importante ya que el medio también incluye al ser humano y a sus actividades, algo de lo que muchas veces no nos damos cuenta o dejamos que se pierda en la memoria. Normalmente una actividad tradicional y sostenible tiene muchos más pros que contras en el medio, es nuestra tendencia a sobreexplotar el medio y tratar de usarlo como si fuera algo externo a nosotros la que nos lleva a destruir la riqueza que nos rodea. Dejando atrás aspectos ecofilosóficos, el cultivo de la caña proporcionaba riqueza y mantenía espacios naturales y hábitats para muchos animales. Conservar esta pequeña parcela nos hace recordar y buscar en nuestro contexto cómo usar mejor los recursos.
Concluyendo, que esto ya se alarga: El espacio de la Charca de Suárez, aunque muy flanqueado y reducido, puede ser un buen ejemplo de cómo, aplicando figuras de protección y con la constancia y conciencia de todo un pueblo, podemos salvaguardar los recursos de nuestra provincia. Invirtiendo esfuerzo y tiempo, y con el apoyo de la administración, la Charcha de Suárez promete llamar a la puerta del futuro para las generaciones venideras de Motril y de todas aquellas personas que queremos disfrutar del medio ambiente y de las zonas húmedas. Ahora toca seguir mejorando el espacio, subsanar y corregir las deficiencias y generar conocimiento mediante sus estaciones de observación científica, así como divulgar un turismo sostenible.
Puntos Fuertes: Rutas y puntos de observación. Programas de recuperación. Avifauna.
Puntos Débiles: Necesita actualizar y hacer más accesible el material de divulgación. Eutrofización. Paisajes limítrofes degradados.
Para ampliar la información:
http://www.motril.es/index.php?id=72 http://waste.ideal.es/charcadesuarez.htm http://www.granadahoy.com/article/granada/1212450/los/camaleones/vuelven/la/charca/suarez.html# http://www.juntadeandalucia.es/medioambiente/servtc5/ventana/mostrarFicha.do;jsessionid=B46F666FA7A8E1DAD49CFAB2F32508E4?idEspacio=38048
Ruta: