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17 de junio, Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

17 de junio, Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía

Muy buenas a tod@s! Hoy es un día muy señalado en la lucha contra la pérdida de ecosistemas. Hoy es el día en que tratamos de concienciar acerca de los cambios y pérdida de biodiversidad que sufre los suelos y, por ende, los ecosistemas de nuestro país a causa del avance de la desertificación y la sequía. En España el 5% de la superficie está desertificada y hasta el 30% está en estado de grave deterioro a causa de malas prácticas agrícolas y pérdida de la cubierta vegetal.

Este problema se hace muy patente en el sudeste peninsular, siendo regiones como Almería, Alicante, Murcia y Granada especialmente afectadas. No se trata de que el terreno evolucione hacia otro ecosistema, se trata de que debido a las tallas, los incendios y, en general, la pérdida de masa forestal y matorral, nuestros suelos y ecosistemas se están viendo totalmente expuestos a deslizamientos de ladera, erosión por barranqueras y ramblas incontroladas en periodos de lluvia y, al final pérdida de la capa habitable del suelo.

En la actual situación, el ritmo de pérdida de suelo hace que ni siquiera puedan formarse ecosistemas desérticos. Es tan acelerado el proceso que sólo se crean yermos muy difíciles de recuperar. Es momento ya de que tomemos conciencia y exijamos que se cuide de un recurso tan importante como el suelo, que tengamos cultivos, ecosistemas, agua almacenada y sustento para ecosistemas acuáticos, etc. Si perdemos este gran recurso, perdemos todo.

Os dejo con el comunicado oficial de la ONU para este día tan señalado:

«La degradación de la tierra, causada o exacerbada por el cambio climático, no solo supone un peligro para los medios de vida, sino también una amenaza para la paz y la estabilidad.»

Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon

17 de junio de 2014

Tema de 2014: «La tierra pertenece al futuro, protejámosla del cambio climático»

Aproximadamente 1.500 millones de personas en todo el mundo viven en tierras que están en proceso de degradación, y casi la mitad de los habitantes más pobres del planeta (un 42%) sobreviven en zonas ya degradadas. La degradación de las tierras convierte a estos lugares en los más inseguros del mundo. En algunos casos, esta inseguridad puede llegar a desestabilizar regiones enteras.

Aunque estos territorios pueden parecer lejanos a aquellos que viven en ciudades o en países desarrollados, los efectos del sufrimiento de estos seres humanos repercuten en todo el mundo. Se estima que en 2020 unos 60 millones de personas emigrarán desde las zonas desertificadas del África subsahariana hacia África del Norte y Europa.

Cartel del 2014

El objetivo de este año es concienciar acerca del potencial de la adaptación basada en los ecosistemas —es decir, la conservación y mejora de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos para incrementar la resiliencia ecológica y reducir la vulnerabilidad de la población—, como estrategia para hacer frente a los efectos del cambio climático, especialmente en las tierras áridas. Los ecosistemas que gozan de salud son más resistentes a los peligros que presentan las alteraciones del clima.

En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (resolución 49/115 Documento PDF) para fomentar la conciencia pública sobre el tema, así como también la puesta en acción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) Documento PDF en aquellos países afectados ya sea por graves sequías, por desertificación, o por ambas, en particular en Africa.

Enlaces de interés:

Noticia en 20minutos.es 

Página de la ONU

Lagunas del Padul I

Uno de los parajes más ricos e interesantes de toda la provincia corresponde con uno de mis humedales favoritos, el sistema de lagunas del Padul.

Panorámica de la Laguna Grande del Padul

El sistema lagunar corresponde a una cuenca de turbera pantanosa a los pies de Sierra Nevada y actualmente forma parte del Espacio Natural Sierra Nevada, con lo que goza de cierta protección ambiental. Sin embargo, no se encuentra ni mucho menos exenta de peligros y amenazas, si bien es cierto que desde finales de los 90 se está imponiendo una lógica ambiental y sociocultural que llamaba a gritos a las puertas de las administraciones publicas. Poco a poco la laguna recupera su área de extensión y sus ecosistemas colindantes, pero acaece aún de las explotaciones de minería de turba que en tan alto riesgo de desaparición las pusieron. De hecho, los derechos de explotación siguen vigentes y afectando al devenir de las lagunas más meridionales; lo bueno es que la prerrogativa ambiental tiene más visos de imponerse que antaño así que esperamos que año a año se vaya recuperando terreno y solucionando daños e impactos de un pasado con mentalidad menos ecológica.

Panorámica de un charcal inundado este año 2014 cerca de la Laguna Agia

Así las cosas, tenemos que hablar de dos grupos de lagunas en el sistema lagunar: las lagunas y charcas del Agia y la laguna Grande del Padul. Las primeras son las que actualmente se encuentran impactadas por la extracción de turba; el segundo subsistema incluye la laguna de mayor extensión y numerosas charcas, fuentes y surgencias. Entre ambos conjuntos y saliendo de los mismos, las madres, zanjas de sangrado y drenaje que en un principio buscaban desecar la zona para uso agrícola y minero, así como para reducir el impacto producido en la salud por el paludismo, transmitido por mosquitos que se daban en plaga a lo largo del sistema y que llegaron a causar grandes estragos. Hoy día, estas madres son más bien canales de flujo para riego o incluso pasillos-corredores entre zonas desecadas o fuertemente impactadas.

Panorámica de una de las Lagunillas de la Laguna Agia

No son pues las madres los principales impactos, y no sólo la extracción de turba perturba la superficie y el bienestar de este ecosistema poco común en la provincia y tan rico en biodiversidad. Hoy en día hay que hacer especial hincapié en el impacto que provocan las lineas de alta tensión sobre la avifauna, y el que producen las especies alóctonas introducidas en la laguna, como las carpas o las tortugas de florida, sobre peces, reptiles y anfibios. Muchas asociaciones ecologistas y voluntariado como la Estación Ornitológica del Padul o AGNADEN, luchan para dar a conocer la biodiversidad local y protegerla contra las amenazas citadas, tanto desde la educación ambiental como desde la actuación sobre el medio y los espacios de este ecosistema.

Ranas en el estanque frente al Centro de Visitantes ‘El Aguadero’

Este espacio lagunar junto con el de la Charca de Suárez en Motril, son ya los únicos reductos para cientos de especies de aves en tránsito, de paso o residentes que ven como, salvo por algunos embalses algo naturalizados, se quedan sin lugares adecuados para su descanso y supervivencia en la provincia. Algunos como el Humedal del Baico en Baza, o las Lagunas de Albolote, son ya únicamente reductos, sueños efímeros muy dependientes de años de exceso de lluvias para cumplir su función de ecosistema para avifauna. Los múltiples ecosistemas que ofrece el Padul dan lugar a que puedan avistarse multitud de tipos difrentes de aves (carriceras, de juncales, de montaña, de ribera…). El problema de las aves es más acentuado si cabe si nos paramos más profundamente a pensar en los anfibios. Algunos como el gallipato (Pleutodeltes walt) ya sólo sobreviven en algunas lagunas montañosas de Loja como el Charco del Negro y en alguna de la charcas y lagunas entre ellas las del Padul. Para otras tantas especies de anfibios, todas ellas muy amenazadas por falta de hábitats, contaminación y cambio climático, tienen en el Padul uno de sus últimos reductos de agua y ambientes protegidos. Yendo más allá, muchas especies de reptiles y mamíferos encuentran protección en sus bosques de ribera y la multitud de ecosistemas que rodean las lagunas, como carrizales y pastizales. Tanto es así que se estima que, si no ha llegado ya, pronto puedan darse poblaciones estables de nutrias en las lagunas y aledaños. La buena labor de conservación y gestión podría lograr tal hito en breve, algo muy trascendental sabiendo de la exigencia de estos animalillos y otros tantos como ginetas y zorros, y multitud de tipos de ofibios (serpientes) en lo que a un ambiente muy cuidado se refiere. Por último, sería un error olvidarse de la rica entomofauna representada por cientos de variedades de mariposas, libélulas, abejas y demás insectos beneficiosos más allá de los, en otra época, temidos y mal gestionados, mosquitos.

Focha cornuda y cormorán

Ánades

Como podéis ver, las lagunas del Padul esconden cientos de secretos y multitud de seres vivos que merecen ser protegidos y preservados para futuras generaciones. Esta labor depende de todos nosotros y como aporte, trataré de ir desgranando sus tesoros post a post. Un fuerte abrazo.

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)

 

 

El mundo desconocido de los charcos (Febrero de 2014)

¡Volvemos entre charcos!

Charco cerca d ela rotonda de La Chana

Últimamente no dejamos de recibir ciclogénesis y borrascas una tras otra. Pese a todo, este año Granada está siendo más seco que el anterior. Si recordáis, el año pasado empezó a llover desde octubre y llegamos hasta bien entrado abril, teniendo el marzo más lluvioso desde hacía bastante tiempo. Pero este año hidrológico casi no ha empezado a llover de manera continuada hasta enero, salvando algunas tormentas puntuales. Así las cosas, podría pensarse que este año tendrá que llover más…pero cuánto más o cómo, mejor dicho.

Y sí, la pregunta es más bien cómo a cuánto. Normalmente nos importa más el cuánto llueva, pero lo que más debería preocuparnos es el cómo. Tanto es así que no nos dejan de llegar noticias de la costa gallega y del cantábrico sobre inundaciones y trombas. Algunas, las menos, también de nuestra provincia ¿Está lloviendo más que el año pasado? Realmente no mucho más, pero si más concentrado en el tiempo. Aquí es donde tenemos que hablar del suelo y cómo se colmata, y es que el suelo es el principal factor para hablar si las lluvias han sido buenas o no. El suelo es el que va a recibir y almacenar tanto en las capas superficiales o edáficas, como en las profundas o acuíferas, pero no lo hace de una manera uniforme según llueve, esto es, el suelo no absorbe según recibe, sólo puede adquirir humedad a un ritmo que, por lo normal en nuestros ecosistemas mediterráneos, suele ser lento. Va a depender de la textura del suelo, su aireación y de la cantidad de arcillas, por ejemplo. Es por ello que las lluvias intensas durante poco tiempo no sólo no ayudan a llenar acuíferos sino que causan la colmatación superficial del suelo y provocan riadas, torrenteras, deslizamientos de ladera…incluso a nivel de presas o embalses son perjudiciales dado que provocan mucha escorrentía y estas obras de ingeniería tienen que liberar agua demasiado pronto al no poder retenerla, amén de que esa escorrentía colmata más rápido tales sistemas al arrastrar más materia en suspensión. Esas lluvias no hacen posible que el agua se filtre en profundidad que es dónde realmente van a dar reservas para los meses de estío y va a permitir que los embalses no bajen su nivel tras los eventos de lluvias.

Parece contradictorio, pero mucha lluvia en poco tiempo sólo da problemas y aporta muy poco a las reservas. Es por eso que el agua de lluvia en Granada este año, pese a ser ‘poca’ de momento, está siendo muy bien aprovechada, ya que el ritmo constante y bien repartido en el tiempo y en la intensidad de las lluvias está permitiendo una mayor permeabilidad del suelo y casi no se está perdiendo por escorrentías descontroladas esa agua. Llegados a este punto es cuando damos sentido al título del post hablando de los charcos. Los charcos, grandes incomprendidos de nuestra vida moderna, no son sino la acumulación de agua en superficie (se necesitaron años de uso de potentes ordenadores para dar lugar a esta conclusión XD), pero nos puede sorprender más de una cosa sobre ellos. Los charcos y charcas que se forman a nuestro alrededor son fuente de vida más o menos efímera. En cualquier solar o baldío más o influenciado por el ser humano, alrededor de nuestros parques o en zonas de agricultura, proporcionan ecosistemas llenos de vida duren el tiempo que duren. Pero los charcos también son un indicativo. Como hemos comentado, el año pasado llovió mucho y desde temprano, en sucesos muy puntuales, lo que dio lugar a charcos muy efímeros y ligados a las tormentas; por otra parte, este año, los charcos más o menos grandes han ido apareciendo poco a poco, han tardado más en formarse, pero también son más estables y nos acompañarán más tiempo, con los beneficios que tienen en muchos aspectos. Como hemos comentado esto sucede por cómo de rápido se colmate la capa superficial, los charcos tempranos y efímeros son sólo escorrentía que ha quedado aislada; los charcos tardíos y más o menos estables son un signo de que el nivel freático ha llegado a superficie, esto es, que se han llenado los acuíferos y el excedente colmata zonas de la superficie. Estos sitios inundables, bien por movimiento de tierras humano, bien por simple morfología del terreno, son históricamente formaciones de zonas húmedas, pero las captaciones, drenajes, etc. Han causado que sólo salgan a la luz de vez en cuando y cuando no hay sequía. La situación de este año nos va a permitir disfrutarlos durante mucho más tiempo y, a la naturaleza, recuperar lo que es suyo en pare, brindándonos panorámicas bellísimas y permitiendo que la vida vuelva aunque sea por un tiempo. Los charcos son más de lo que parecen.

No sólo hablamos de charcos en solares, zonas de ‘campo’ de la periferia de ciudades o de huertos de vegas agrícolas. En algunos casos hablamos de verdaderos humedales drenados antaño como el Humedal del Baico en Baza. Algunas zonas de montaña como la Sierra de Huétor o Sierra de Alfacar ven sus remansos o ‘recogederos’ (zonas de confluencia de líneas de agua que se encharcan) repletas, permitiendo el resurgir natural, zonas de criadero de invertebrados y anfibios, y también permitiendo abrevar a animales de ganadería. Otros humedales que conservamos hoy día ven actualmente aumentada su superficie hasta niveles de antaño, recuperando su zona inundable. Pero si, la mayoría los podemos disfrutar en zonas poco asociadas a la naturaleza y que pueden volverse verdes, este año más incluso, durante un buen tiempo.

Canchales en Sierra de Alfacar

Pues bien, ya veis que la lluvia puede ser mejor o peor aunque nunca llueva a gusto de todos y que un charco a tiempo o a destiempo nos indica cómo van las cosas antes de que pasen desgracias por las lluvias. Recordad que los días de lluvia pueden fastidiar un finde e incluso deprimir, pero hay que saber disfrutar de ellos pues también podemos tener un buen rato escuchándola caer, viendo una peli o disfrutando de los paisajes y arcoíris que nos deja. Mejor ver lo positivo, ¿no? ¡¡Felices tardes de lluvia!!

Acequia de Moroz 19.10.13

Buenas de nuevo!!

Acequia de Moroz

Normalmente no hago mini-entradas, pero a veces encuentras los ecosistemas menos esperados en los sitios menos esperados.

Os cuento, visitando el imponente Peñón de la Mata (Cogollos Vega) junto con mis colegas Jorge Montalván y Jorge Martín para honrar la memoria del abuelo fallecido del segundo de los ‘Jorges’ (DEP) y tras una caminata bastante salvaje al no conocer el camino o sendero principal y visitar el peñón y flipar con las vistas, decidimos volver.

Pues bien, a la vuelta dimos con el sendero que toda persona en su sano juicio hubiera empleado y al final del mismo, justo al final de las faldas del peñón me paré un momento para poder ver de cerca la acequia. En la misma descubrí algún macoinvertebrado (bichejo acuático) y bastante vegetación rivereña como zarzales moreros, pero también macrófitos y musgos. ¡Espero que os gusten los videos!

Macroinvertebrado (tricóptero) enganchado a una roca de la acequia

Charco del Negro – Lagunas de Sierra de Loja (Loja) 13.04.13

Panorámica del Charco del Negro

Hola de Nuevo! Hacía tiempo que no incluía en mis fines de semana una pequeña ruta para mejorar el blog, pero no hay mejor forma de volver que con una zona tan única y llena de sorpresas como el Charco del Negro.

Charco subsidiario de la dolina del Charco del Negro

Lili y Zooey posando frente al Charco del Negro

Un momento para aclarar conceptos:

Karst o kárstico– Con el nombre de karst (de Karst nombre alemán de la región eslovena de Carso), relieve kárstico, carst o carso se conoce a una forma de relieve originada por meteorización química de determinadas rocas, como la caliza, dolomía, yeso, etc., compuestas por minerales solubles en agua. Los hay muy conocidos en el sur de España como el Karst de Sorbas en Almería o el Torcal de Antequera en Málaga.

Macrófito– Son aquellas plantas vasculares y no vasculares que viven ecosistemas acuáticos o muy ligadas a sus zonas de encharcamiento y/o inundación. Generalmente se entiende que son esas plantas que llamamos ‘algas’ dentro de los humedales, pero si nos paramos a mirarlas, podemos ver que algunas producen flores en la superficie del agua, otras crecen formando flotando sobre el agua, pueden formar filamentos en sus orillas, tienen hojas y tallos, etc. Así pues, se consideran macrófitos a las plantas que crecen ligadas a las capas de agua dulce, bien bajo ellas, bien sobre ellas, bien entre ellas y la zona de tierra que encharcan. Algunos ejemplos de nuestra tierra son las lentejas de agua, carrizos, ranúnculos, nenúfares

Macrófitos

Continuamos. La gracia de hacer una visita por estos lares a los que sólo se llega por caminos de tierra, a parte de su encanto (por descontado), es la posibilidad única de poder hacer un safari fotográfico de anfibios. Si, como me ocurre a mi, tenéis especial debilidad por este tipo de bichos estáis de muy enhorabuena ya que tanto en este charco como en el resto de lagunas de la Sierra de Loja (que pronto visitaremos), podréis disfrutar de una variedad enorme: desde el sapo partero hasta la ranita perezzi,  pasando por el escurridizo tritón, podemos encontrar casi cualquier familia de estos pringosetes y entrañables animalejos. Pero ojo, la mayoría está sometida a mucha presión por contaminación, reducción de hábitat y áreas de reproducción e incluso por caza furtiva, venenos y cambio climático…Por mucho menos busco yo nuevo vecindario, pero ahí están, aguantando. Por ello os pido que conozcáis, fotografiéis y los disfrutéis, pero evitad molestarlos o tratar de tocarlos, son muy sensibles y no hace falta dárselas de ‘Frank de la jungla’ para pasar un buen día de anfibios (o cualquier otro bicho). Para coronar y haceros la boca agua, he dejado para el comentario final la clave de este enclave: Pleurodeles walt, o lo que es lo mismo, el gallipato. Este animaillo precioso y muchas veces vinculado a la magia y el exoterismo, encuentra en estos parajes uno de sus últimos reductos. Con un poco de sigilo y un día sin viento podéis ver por la vertiente sur-sureste del charco (donde está construida la cubeta de contención) y entre los macrófitos, una población excelente. En este punto entra en juego el papel crucial del afloramiento subsidiario, ya que permite expandir de forma temporal las zonas de cría tanto de gallipatos como de todos los demás anfibios, lo que aumenta sus probabilidades de supervivencia, ahí es poco. Y parecía la hermana fea del cuento. En mi visita llegué a contar hasta 15 adultos de buen tamaño. Merece la pena.

Gallipato (Pleurodeltes walt)

Gallipatos entre los macrófitos del Chacro

Nota: con más suerte también podéis verlos en las lagunas de Albolote y en las del Padul.

Sin embargo no sólo de gallipato vive el GeAfilo (palabrota que define a los seguidores de este blog XD), y eso que es una joya. Por eso, también he de deciros que es una zona muy buena para observar aves como pequeños paseriformes e incluso roqueros y buitres con algo de suerte. Todo el intrincado kárstico favorece huecos, oquedades, agujeros, cortados y demás abruptos rasgos geológicos donde anidar, cazar y reproducirse. Es el lugar ideal para aquellos ver pequeños plumíferos que llamamos paseriformes. Entre otros, Lili, Zooey y yo pudimos ver mientras serpenteábamos para acceder al Charco algunas como la cojugada común (Galerida cristata) o  la collalba rubia (Oenanthe hispanica).

Cojugada común (Galerida cristata)

Collalba rubia (Oenanthe hispanica)

Por otra parte, pese a su imagen de ‘monte pelao’, merece la pena darse una vuelta descubriendo las distintas series de vegetación de esta sierra así como las distintas especies que rodean el Charco del Negro. De esta forma, aunque no veremos muchos árboles, veremos ejemplares de con porte de crecimiento matorral perfectamente adaptados a los potentes vientos de la zona (os costará daros cuenta de que son encinas chaparras y quejigos, pero echadle imaginación). Estos individuos son todo un tesoro, tanto por su adaptación como por su papel fundamental como hitos y refugios para los animales de la zona (no todo va a ser corretear con la cara al viento). Sin embargo, serán mucho más abundantes los matorrales bajos de genista y retama, así como las formaciones de tomillo y salvia; todos ellos propician la vida lagartijuna y de pequeños mamíferos roedores, los cuales o vais por la noche y le echáis paciencia o, directamente, me creéis ciegamente y sois felices durmiendo sobre colchón (entre el viento y lo rocoso del terreno no se si esta zona merece mucho la pena, pero se comenta que se pueden ver bien musarañas corretear por entre las quebradas del krast…psss, secreto eh?). Quiero centrar la atención en que si vais en primavera (a parte de no tener mucho problema de alergia gracias a la altura, lo que nunca está de más) podréis ver muchos tipos de flores adaptadas a esta regiones calizas a cual más bonita. Otro tipo de safari fotográfico con objetivos más fáciles (no se mueven), así que enfocad bien y disfrutad de la variedad de formas y colores que la Sierra de Loja y las inmediaciones del Charco del Negro os ofrecen.

Por contra, no podemos olvidar que lo idílico muchas veces no lo es tanto y si, tenemos que hablar de cosas serias también en este paraje. Este charco ha soportado a lo largo de los últimas décadas adecuaciones de la cubeta y reexcavación de sus fondos, lo cual alteró mucho la flora macrófita y degradó, por tanto, el delicado ecosistema. por otra parte, la ganadería es muy frecuente en la zona y solía provocar problemas de nitrificación/eutrofización en los dos afloramientos, pero últimamente el uso de abrevadero y pastoreo se regula mejor y se trata de preservar la zona. Pese a ello, la presión ganadera es enorme y veréis varios rebaños de ovejas y naves de  cría por los alrededores. El problema de la nitrificción es que en un sistema tan oligotrófico (el agua no tiene casi minerales disueltos por la propia condición del karst) que incrementos leves de nitrógeno pueden desequilibrar la zona haciendo crecer más de lo debido los macrófitos, y esto afectar a los anfibios (muy delicado todo). Por otra parte, la cantidad de mosquitos se multiplica y, a parte de generar problemas de salud, no aportan nada; deberían estar muy controlados para evitar transmisión de enfermedades entre animales salvajes y de granja y viceversa. Por esto, podemos ver que no hay problema pequeño ni aislado en el ecosistema, y menos en uno tan delicado. No pasa desapercibido si sabes cómo mirar.

Estos problemas son más o menos controlables, sin embargo, los siguientes son un poco más peliagudos. Por una parte, en los alrededores hay varias zonas de extracción de áridos (calcitas, mármol)  y eso siempre inquieta porque nunca se sabe hasta dónde cavarán, cuanto polvo levantarán ni cómo afectará a las zonas geológicas cercanas, pero de momento, las zonas lacustres están específicamente protegidas frente a ellas, y eso pese a ser zonas muy golosas para la extracción. Crucemos los dedos. Por otra parte, se ha establecido un gran parque eólico en el entorno que a parte de generar energía limpia, genera mucho ruido. Para los anfibios no es gran problema, pero si hablamos de pájaros, todos sabemos que no es bueno. Dado que el viento y sus corrientes condicionan sus vuelos, estos aparatos pueden ser algo conflictivos. Personalmente creo que hay muchos otros sitios mejores que un paraje delicado y ‘protegido’ (zona LIC). No se, lo mismo soy muy ecofanático. Lo mismo, no.

Además de visitas naturales, podemos aprovechar para encaramarnos a la madre montaña haciendo escaladas por varias rutas cercanas. Si preferimos andar sobre firme horizontal, existen rutas de senderismo bien señalizadas, con paneles indicativos e informativos en buen estado y muy útiles, pero no olvidéis respetar la naturaleza y las épocas de cría de las aves. ¡Todo son opciones en esta zona como podéis ver!

Espero haberos convencido. Visitad, conoced y divulgad 🙂

Lo mejor: Gallipato, geología-paisajes, macrófitos.

Lo peor: Mosquitos, ruido de aerogeneradores, socavones de  minería.

Links para ampliar:

http://waste.ideal.es/charcodelnegro.html

Haz clic para acceder a charco_del_negro_ficha.pdf