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Embalse y río Colomera 06.04.14

¡Muy buenas de nuevo!

Salto de agua en el río Colomera

Volvemos a la carga acudiendo al oeste provinciano de Granada. Entre los Montes Orientales y el Poniente Granadino, casi lindando con la vecina Jaén, se encuentra el enclave de Colomera, así como su río y su embalse homónimos. En este enclave apartado del municipio de Benalúa de las Villas hay mucho por descubrir. Por tratarse del primer embalse que trato en este blog, intentaré dar una visión general de los usos, aspectos positivos/negativos y su impacto ambiental.

En esta ocasión, sólo pude visitar el río Colomera desde su salida del pantano, pero prometo hacer una visita a la cabecera. Los vecinos me lo recomiendan, dicen que es más natural y bonito. La verdad es que tras el pantano tenemos un río ‘domado’, un río encauzado por partes y sometido al uso agrícola en otras. La situación la salva en buena medida el hecho de contar con un paisaje orográfico imponente. Los encañonamientos y peñas que acompañan al río a través de su curso y las veredas agrícolas son colosales. Todo el trayecto hasta llegar al pantano nos da la sensación de estrechez e impresiona sobremanera las formas y curvas a las que el río ha sometido al paisaje a lo largo de los años. Los puntos más destacados de su geología son el Cerro Pelón, la Solana de las Juntas, la Solana de los Arrieros, el Cerro Zapatero y el  Cerro Alto.

Río Colomera

Aguas abajo del pantano, el río Colomera va gozando cada vez de mejor salud, como si de un mal sueño se fuera despertando, se va naturalizando y los ensanches, dentro de lo encajonado del terreno, parecen dejarle respirar y darle una oportunidad a la naturaleza. Cuesta verlo tan deteriorado y maltratado al salir de la presa, poco más que un barrizal que fluye con unos cuantos árboles algo destartalados que marcan el límite con huertas demasiado pegadas al cauce. Esencialmente tras el pantano hay restos de vegetación de ribera y orillas arenosas más bien peladas, donde la única vegetación es un pastizal muy degradado y poco diverso alimentado por un suelo muy nitrogenado por riegos y porque el agua estancada del propio pantano tiende a acumular también. Con todo, los macrófitos no son demasiados en el cauce y aunque, pese a que por zonas se ve el agua enturbiada, es más efecto del suelo arenoso que de una fuerte eutrofización.

Bosque de ribera en el río Colomera

Macrófitos en las rocas del lecho del río

Pese a todo, el río va ganando, y gana mucho. Se trata de un enclave en el que bien podrían habitar algunos bivalvos o náyades amenazadas de la provincia que en tan pocos ríos del Poniente Granadino quedan. Le falta calidad al agua, pureza. La recupera demasiado lento, pero por qué no soñar. Poco a poco el río es más río y las galerías de bosque frondoso se hacen más notables dentro de la seca tierra colindante. Llega un punto, cerca de su paso por el núcleo urbano de Colomera, que el río se convierte en idílico por tramos, como instantáneas para postales. Estos retazos son los que más esperanza le otorgan.

Zooey en el cauce arenoso

Varias rutas y senderos, merenderos y reposaderos, surgen conforme mejora el estado del río. El uso humano es lo que tiene, si interesa se cuida. Habrá que sacarle partido, pero nunca debemos olvidar que lo importante de un río o de cualquier ambiente natural, es que su valor es de per se, es decir, no es necesario que nos cumpla una función o utilidad. La naturaleza tiene un valor intrínseco incluso si no nos proporciona ningún otro valor a nosotros. Si nos diésemos cuente, veríamos que ese valor es el que más nos importa y más vida nos aporta. En uno de sus mejores puntos, encontramos el puente romano de Colomera, increíblemente bien conservado, se encuentra en un punto bastante bien conservado y rodeado de peñas. Una imagen que no os podéis perder.

Puente Romano de Colomera

El curso del río es un vergel en sus mejores momentos, pero se nota que la calidad del agua, incluso pasado el pueblo, sigue siendo baja ambientalmente hablando. No se ven mucho macroinvertebrados, ni hay rastro de poblaciones asentadas de anfibios o peces. Por otra parte, aunque si hay presencia de moluscos terrestres y limícolas o acuáticos, son pocos y sus ambientes propicios son más bien limitados, pero haberlos los hay. Ocasionalmente pude ver alguna lagartija común que mi perrita Zooey espantaba pensándose que podría cazarla. Respecto a las aves, estas parecen menos exigentes y hacen que pasear a lo largo de las orillas con la genial geología del terreno rodeándote sea aún más especial. Hay muchos cantos diferentes que no llego a identificar, pero hay algo más que gorriones, lo cual siempre es de agradecer. Algunas especies que abundan por estos lares son las lavanderas y los ruiseñores.

Molusco en las orillas del río

Zooey en el pastizal

Por su parte, el pantano es un poco…cómo decirlo, soso…jejeje. Realmente la panorámica del agua estancada y la forma bifurcada del mismo hacen que el paisaje sea muy interesante, pero la restauración del medio es muy pobre con algunos pinares (los justos para decir que hay). Se echa de menos algo más de espesura y la vegetación de matorral típica de la zona. También acompaña a esta situación que no hay más que campos de olivos y cultivos de secano alrededor, dando un poco imagen de desolado. De todas formas, es la imagen del campo andaluz, olivos hasta donde alcanza la vista…podría ser peor.

Panorámica del embalse de Colomera

El embalse, que se nutre de los acuíferos de la Sierra de Montillana, puede acumular 42.5 Hm3 llegando a cubrir una superficie total de 258 Ha. En tan vasto terreno inundado sería injusto quedarse sólo con el primer vistazo. De tal modo, es de justicia decir que pese a lo común del paisaje, las puestas de sol y los contrastes en el agua de luces y sombras son memorables. Además, se transforma en el hogar ideal o al menos la zona de paso de múltiples especies de aves como garcillas boyeras, garcetas, martinetes y ánades. Estas especies se pueden ver a lo largo de toda la cuenca del río Colomera, ya que usan sus balsas y pantanos como punto de parada en el camino.

Como todo embalse, suele tener muchos usos que a lo largo de los años han ido mejorando en su apartado ambiental y hoy día pueden ser considerados uso sostenible que, como sabemos, es de lo poco que lleva a ‘garantizar’ su continuidad e integridad ambiental mediante la conservación. Fundamentalmente tiene uso de abastecimiento general y agrícola, coto de pesca (hay bastantes lucios que, si bien son alóctonos, ya se han naturalizado), deportes náuticos y baño. Con todo, garantiza un caudal ecológico de 0,2 m2/s, que, no siendo una barbaridad, no está nada mal.

En general estos usos mejoran la imagen del pantano y acercan a la gente al medio ambiente. Conocer es cuidar. Pero si no se mantienen unos límites de respeto acaba convirtiéndose en una amalgama de vertederos por doquier, ruidos escandalosos que molestan y hacen huir a la fauna local, etc. Cuidar con cuidado y respetar al medio, es la mejor forma de acercarse y cuidar la naturaleza.

Un saludo y nos vemos!

Lo mejor: Puntos del cauce regenerados, puente romano, panorámicas pantano, cañones y geología.

Lo peor: Presión agrícola, deterioro ambiental, deterioro calidad agua.

Más Info:

 http://www.embalses.net/pantano-56-colomera.html

http://www.chguadalquivir.es/export/sites/default/portalchg/laDemarcacion/guadalquivir/laGestionAgua/infraestructurasHidraulicas/embalses/ficheros/colomera.pdf

http://waste.ideal.es/puenteromano-colomera.htm

http://www.benaluadelasvillas.es/

 

Acequia de Moroz 19.10.13

Buenas de nuevo!!

Acequia de Moroz

Normalmente no hago mini-entradas, pero a veces encuentras los ecosistemas menos esperados en los sitios menos esperados.

Os cuento, visitando el imponente Peñón de la Mata (Cogollos Vega) junto con mis colegas Jorge Montalván y Jorge Martín para honrar la memoria del abuelo fallecido del segundo de los ‘Jorges’ (DEP) y tras una caminata bastante salvaje al no conocer el camino o sendero principal y visitar el peñón y flipar con las vistas, decidimos volver.

Pues bien, a la vuelta dimos con el sendero que toda persona en su sano juicio hubiera empleado y al final del mismo, justo al final de las faldas del peñón me paré un momento para poder ver de cerca la acequia. En la misma descubrí algún macoinvertebrado (bichejo acuático) y bastante vegetación rivereña como zarzales moreros, pero también macrófitos y musgos. ¡Espero que os gusten los videos!

Macroinvertebrado (tricóptero) enganchado a una roca de la acequia

Charco del Negro – Lagunas de Sierra de Loja (Loja) 13.04.13

Panorámica del Charco del Negro

Hola de Nuevo! Hacía tiempo que no incluía en mis fines de semana una pequeña ruta para mejorar el blog, pero no hay mejor forma de volver que con una zona tan única y llena de sorpresas como el Charco del Negro.

Charco subsidiario de la dolina del Charco del Negro

Lili y Zooey posando frente al Charco del Negro

Un momento para aclarar conceptos:

Karst o kárstico– Con el nombre de karst (de Karst nombre alemán de la región eslovena de Carso), relieve kárstico, carst o carso se conoce a una forma de relieve originada por meteorización química de determinadas rocas, como la caliza, dolomía, yeso, etc., compuestas por minerales solubles en agua. Los hay muy conocidos en el sur de España como el Karst de Sorbas en Almería o el Torcal de Antequera en Málaga.

Macrófito– Son aquellas plantas vasculares y no vasculares que viven ecosistemas acuáticos o muy ligadas a sus zonas de encharcamiento y/o inundación. Generalmente se entiende que son esas plantas que llamamos ‘algas’ dentro de los humedales, pero si nos paramos a mirarlas, podemos ver que algunas producen flores en la superficie del agua, otras crecen formando flotando sobre el agua, pueden formar filamentos en sus orillas, tienen hojas y tallos, etc. Así pues, se consideran macrófitos a las plantas que crecen ligadas a las capas de agua dulce, bien bajo ellas, bien sobre ellas, bien entre ellas y la zona de tierra que encharcan. Algunos ejemplos de nuestra tierra son las lentejas de agua, carrizos, ranúnculos, nenúfares

Macrófitos

Continuamos. La gracia de hacer una visita por estos lares a los que sólo se llega por caminos de tierra, a parte de su encanto (por descontado), es la posibilidad única de poder hacer un safari fotográfico de anfibios. Si, como me ocurre a mi, tenéis especial debilidad por este tipo de bichos estáis de muy enhorabuena ya que tanto en este charco como en el resto de lagunas de la Sierra de Loja (que pronto visitaremos), podréis disfrutar de una variedad enorme: desde el sapo partero hasta la ranita perezzi,  pasando por el escurridizo tritón, podemos encontrar casi cualquier familia de estos pringosetes y entrañables animalejos. Pero ojo, la mayoría está sometida a mucha presión por contaminación, reducción de hábitat y áreas de reproducción e incluso por caza furtiva, venenos y cambio climático…Por mucho menos busco yo nuevo vecindario, pero ahí están, aguantando. Por ello os pido que conozcáis, fotografiéis y los disfrutéis, pero evitad molestarlos o tratar de tocarlos, son muy sensibles y no hace falta dárselas de ‘Frank de la jungla’ para pasar un buen día de anfibios (o cualquier otro bicho). Para coronar y haceros la boca agua, he dejado para el comentario final la clave de este enclave: Pleurodeles walt, o lo que es lo mismo, el gallipato. Este animaillo precioso y muchas veces vinculado a la magia y el exoterismo, encuentra en estos parajes uno de sus últimos reductos. Con un poco de sigilo y un día sin viento podéis ver por la vertiente sur-sureste del charco (donde está construida la cubeta de contención) y entre los macrófitos, una población excelente. En este punto entra en juego el papel crucial del afloramiento subsidiario, ya que permite expandir de forma temporal las zonas de cría tanto de gallipatos como de todos los demás anfibios, lo que aumenta sus probabilidades de supervivencia, ahí es poco. Y parecía la hermana fea del cuento. En mi visita llegué a contar hasta 15 adultos de buen tamaño. Merece la pena.

Gallipato (Pleurodeltes walt)

Gallipatos entre los macrófitos del Chacro

Nota: con más suerte también podéis verlos en las lagunas de Albolote y en las del Padul.

Sin embargo no sólo de gallipato vive el GeAfilo (palabrota que define a los seguidores de este blog XD), y eso que es una joya. Por eso, también he de deciros que es una zona muy buena para observar aves como pequeños paseriformes e incluso roqueros y buitres con algo de suerte. Todo el intrincado kárstico favorece huecos, oquedades, agujeros, cortados y demás abruptos rasgos geológicos donde anidar, cazar y reproducirse. Es el lugar ideal para aquellos ver pequeños plumíferos que llamamos paseriformes. Entre otros, Lili, Zooey y yo pudimos ver mientras serpenteábamos para acceder al Charco algunas como la cojugada común (Galerida cristata) o  la collalba rubia (Oenanthe hispanica).

Cojugada común (Galerida cristata)

Collalba rubia (Oenanthe hispanica)

Por otra parte, pese a su imagen de ‘monte pelao’, merece la pena darse una vuelta descubriendo las distintas series de vegetación de esta sierra así como las distintas especies que rodean el Charco del Negro. De esta forma, aunque no veremos muchos árboles, veremos ejemplares de con porte de crecimiento matorral perfectamente adaptados a los potentes vientos de la zona (os costará daros cuenta de que son encinas chaparras y quejigos, pero echadle imaginación). Estos individuos son todo un tesoro, tanto por su adaptación como por su papel fundamental como hitos y refugios para los animales de la zona (no todo va a ser corretear con la cara al viento). Sin embargo, serán mucho más abundantes los matorrales bajos de genista y retama, así como las formaciones de tomillo y salvia; todos ellos propician la vida lagartijuna y de pequeños mamíferos roedores, los cuales o vais por la noche y le echáis paciencia o, directamente, me creéis ciegamente y sois felices durmiendo sobre colchón (entre el viento y lo rocoso del terreno no se si esta zona merece mucho la pena, pero se comenta que se pueden ver bien musarañas corretear por entre las quebradas del krast…psss, secreto eh?). Quiero centrar la atención en que si vais en primavera (a parte de no tener mucho problema de alergia gracias a la altura, lo que nunca está de más) podréis ver muchos tipos de flores adaptadas a esta regiones calizas a cual más bonita. Otro tipo de safari fotográfico con objetivos más fáciles (no se mueven), así que enfocad bien y disfrutad de la variedad de formas y colores que la Sierra de Loja y las inmediaciones del Charco del Negro os ofrecen.

Por contra, no podemos olvidar que lo idílico muchas veces no lo es tanto y si, tenemos que hablar de cosas serias también en este paraje. Este charco ha soportado a lo largo de los últimas décadas adecuaciones de la cubeta y reexcavación de sus fondos, lo cual alteró mucho la flora macrófita y degradó, por tanto, el delicado ecosistema. por otra parte, la ganadería es muy frecuente en la zona y solía provocar problemas de nitrificación/eutrofización en los dos afloramientos, pero últimamente el uso de abrevadero y pastoreo se regula mejor y se trata de preservar la zona. Pese a ello, la presión ganadera es enorme y veréis varios rebaños de ovejas y naves de  cría por los alrededores. El problema de la nitrificción es que en un sistema tan oligotrófico (el agua no tiene casi minerales disueltos por la propia condición del karst) que incrementos leves de nitrógeno pueden desequilibrar la zona haciendo crecer más de lo debido los macrófitos, y esto afectar a los anfibios (muy delicado todo). Por otra parte, la cantidad de mosquitos se multiplica y, a parte de generar problemas de salud, no aportan nada; deberían estar muy controlados para evitar transmisión de enfermedades entre animales salvajes y de granja y viceversa. Por esto, podemos ver que no hay problema pequeño ni aislado en el ecosistema, y menos en uno tan delicado. No pasa desapercibido si sabes cómo mirar.

Estos problemas son más o menos controlables, sin embargo, los siguientes son un poco más peliagudos. Por una parte, en los alrededores hay varias zonas de extracción de áridos (calcitas, mármol)  y eso siempre inquieta porque nunca se sabe hasta dónde cavarán, cuanto polvo levantarán ni cómo afectará a las zonas geológicas cercanas, pero de momento, las zonas lacustres están específicamente protegidas frente a ellas, y eso pese a ser zonas muy golosas para la extracción. Crucemos los dedos. Por otra parte, se ha establecido un gran parque eólico en el entorno que a parte de generar energía limpia, genera mucho ruido. Para los anfibios no es gran problema, pero si hablamos de pájaros, todos sabemos que no es bueno. Dado que el viento y sus corrientes condicionan sus vuelos, estos aparatos pueden ser algo conflictivos. Personalmente creo que hay muchos otros sitios mejores que un paraje delicado y ‘protegido’ (zona LIC). No se, lo mismo soy muy ecofanático. Lo mismo, no.

Además de visitas naturales, podemos aprovechar para encaramarnos a la madre montaña haciendo escaladas por varias rutas cercanas. Si preferimos andar sobre firme horizontal, existen rutas de senderismo bien señalizadas, con paneles indicativos e informativos en buen estado y muy útiles, pero no olvidéis respetar la naturaleza y las épocas de cría de las aves. ¡Todo son opciones en esta zona como podéis ver!

Espero haberos convencido. Visitad, conoced y divulgad 🙂

Lo mejor: Gallipato, geología-paisajes, macrófitos.

Lo peor: Mosquitos, ruido de aerogeneradores, socavones de  minería.

Links para ampliar:

http://waste.ideal.es/charcodelnegro.html

Haz clic para acceder a charco_del_negro_ficha.pdf

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