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Proyecto Sierra de Baza: Ficha Técnica sobre el Gallipato

Es viernes de nuevo! Resaca navideña, ¿verdad? Pues es un buen momento para hablar de uno de mis anfibios favoritos ayudándonos de la inestimable información que nos brinda la web de Proyecto Sierra de Baza. Y si, entre sus muchas secciones una de las más interesantes es la de fichas técnicas de animales y plantas. Estas fichas nos llevan a conocer mejor quiénes y cómo son y qué se está haciendo para mejorar su situación y garantizar su continuidad y sostenibilidad ambiental.  Pero como hoy he dicho, toca gallipato, espero que lo disfrutéis!

GALLIPATO (PLEURODELES WALTL, MICHAHELLES,1830)

Continuamos este mes con una de las tres especies de urodelos que habitan en nuestra provincia, el Gallipato. Los urodelos son aquellos anfibios que en estado adulto poseen cola, al contrario de los anuros que  no la tienen, como las ranas y los sapos. Este curioso animalito, conocido en algunos lugares por el apelativo de “tiro” destaca por poseer un mecanismo de defensa único, que bien podría hacer suyo el más reputado de los fakires.

 Para todos aquellos interesados en conocer un poco más  las especies que tratamos en estas fichas y del resto de anfibios y reptiles andaluces, les recomiendo que visiten la siguiente página, www: anfibios-reptiles-andalucia.org que muy acertadamente confecciona Juan Pablo González de la Vega.

Gallipato (Pleurodeles waltl)

 © PorJosé Luís Esteban, Luís García-Cardenete , Javier Fuentes y Eduardo Escoriza Abril (A.H.G.)

Macho de Gallipato. Sierra de Loja (Granada), Enero 2004.

 Ficha técnica:

Clase: Anfibios

Orden: Urodelos (anfibios con cola)

Familia: Salamándridos

Género: Pleurodeles

Especie: waltl, (Michaelles, 1830)

Estatus legal: En el catálogo andaluz de especies amenazadas (Ley8/2003, de 28 de Octubre, de la flora y la fauna silvestres), aparece incluido en la categoría“De interés especial”, que recoge aquellas especies, que no estando incluidas en otras categorías de protección superior (extintas, en peligro de extinción, sensible a la alteración de su hábitat, vulnerables), son merecedoras de una atención particular en función de su valor científico, ecológico, cultural, o por su singularidad.

Descripción:

Algunas personas cuando ven un gallipato por primera vez, piensan que se trata de algún tipo de lagartija, por su aspecto estilizado y la presencia de cola; y difícilmente lo relacionan con el mundo de los anfibios.  Con una longitud que a veces alcanza los 30 cm desde el morro hasta la cola (incluso se han descrito ejemplares de 32 cm), nos encontramos ante el anfibio de mayor longitud de nuestro país y el segundo de toda Europa tras el proteo (salamandra cavernícola que vive en la zona de los Balcanes). De todas formas las medidas más habituales están en torno a los 15-20 cm.

 La cabeza es ancha, comprimida y los ojos son pequeños, algo adelantados y prominentes, de color marrón o grisáceo y con pupilas redondas, negras. No tienen parpados. El hocico es bastante redondeado. En la garganta tiene un repliegue cutáneo a modo de collar  que recibe el nombre de “pliegue gular”. La piel es rugosa y está cubierta de multitud de pequeños tubérculos terminados en punta negra. La coloración es marrón, olivácea, aunque depende de las variables ecológicas (temperatura ambiental o del agua, color del entorno, luminosidad del momento, actividad del ejemplar, etc.) En la zona dorsal muestra unas manchas ovaladas y más oscuras que el tono general, que se hacen más patentes en el vientre, al ser éste más claro. En ambos costados podemos observar unas hileras de 7 a 11 tubérculos glandulares de color anaranjado o amarillento, por los que a veces sobresalen los extremos puntiagudos de las costillas. La cola, bastante musculosa, es más larga que la cabeza y el cuerpo juntos, y  está comprimida lateralmente. En su parte superior tiene una cresta que aparece más desarrollada durante la época del celo. Las extremidades posteriores tienen 5 dedos y son más largas que las anteriores, que tienen 4 dedos.

Los machos son más estilizados, tienen la cola y las patas más largas que las hembras y durante el celo desarrollan unas callosidades nupciales negruzcas en patas y brazos que facilitan el acoplamiento. Las hembras alcanzan mayores tamaños, con un tronco más engrosado. Todas estas características nos permiten distinguir fácilmente al Gallipato del resto de los anfibios que tenemos en Granada.

Detalle hembra: Sierra de Madrid, Íllora (Granada), Mayo 2004.

Larvas.Pueden confundirse fácilmente con las del tritón pigmeo, aunque alcanzan mayores tamaños que las de éste. En los periodos iniciales suelen ser translúcidas, haciéndose más opacas con el tiempo. Tienen los dedos bastante largos y las branquias muy desarrolladas, semejantes a unos plumeros. La cresta caudal comienza en el extremo posterior de la cabeza y no tienen al final de la cola los típicos lunares negros del tritón.

Distribución geográfica:

El gallipato es una especie de distribución ibero-magrebí, presente en gran parte de la península Ibérica y en el norte de Marruecos, habiéndose constatado leves diferencias genéticas entre las poblaciones situadas a ambos lados del Estrecho. Por el norte llega hasta las provincias de León, Burgos, Palencia y hasta Tarragona por el este. Escasea más conforme nos desplazamos en dirección sureste. En Andalucía aparece en todas las provincias excepto Almería, siendo mucho más abundante en la mitad occidental.

En nuestra provincia se extiende desde su límite oeste (Poniente Granadino), hacia la Vega de Granada, que ocupa en su borde septentrional, encontrando el límite en el municipio de Pinos Puente. Fuera de esta zona de distribución más o menos continua existen pequeños núcleos aislados en Albolote, Colomera, Moclín, Sierra de las Albuñuelas y Güejar Sierra, donde se localizan las citas más Orientales. Las poblaciones más saludables se extienden por los municipios de Zafarraya, Loja, Íllora y Alhama de Granada. Las que estaban presentes en la comarca del Temple y las Turberas de Padul parece ser que se extinguieron hace dos décadas.

Mapa de distribución provincial.

Ecología de la especie

 Es una especie típicamente mediterránea, poco exigente en cuanto a las características del medio que ocupa, tanto terrestre como acuático. Lo podemos encontrar en zonas bien conservadas y también  en otras bastante alteradas: lindes de cultivos no intensivos, pinares de repoblación, quejigales, encinares, adehesados o no, etc. Su rango de distribución altitudinal en la provincia es de 470-1565m, siendo esta última la máxima altitud a la que ha sido encontrado hasta la fecha en toda su área de distribución, concretamente en la Sierra de Loja.

El gallipato lleva una vida principalmente nocturna y terrestre, y durante el día se oculta bajo piedras, troncos o cavidades subterráneas. En la fase acuática y en el celo puede ser muy activo durante las horas de luz. Finalizado el verano, época en la que permanecen inactivos en sus refugios terrestres, y con la llegada de las primeras lluvias se dirigen a las zonas húmedas, que utilizarán para reproducirse. Originariamente usaban charcas naturales y zonas remansadas de arroyos con poca corriente con o sin vegetación acuática. La progresiva alteración por parte del hombre de estos hábitats, les obliga hoy en día a buscar cualquier punto de agua que permita el desarrollo de las larvas, ya sea alberca, piscina, pozo o abrevadero para el ganado. Cuando caen en lugares de los que no pueden salir, se vuelven completamente acuáticos. No son muy exigentes en cuanto a la calidad de las aguas y soportan un amplio gradiente de temperaturas, desde 0º a más de 20º C. El agua no debe estar necesariamente limpia y es abundante en zonas de gran turbidez por sedimentos en suspensión, donde no necesita su deficiente vista y se alimenta gracias al olfato. Asimismo tolera cierto grado de contaminación, sobre todo de nitrógeno proveniente del ganado, o incluso aguas salinas, en las que puede reproducirse sin problemas.

Se alimentan de pequeños invertebrados (lombrices, arañas, hormigas, escarabajos, etc.) a los que localizan mediante el olfato y por sus movimientos. Al igual que las larvas, los adultos son muy voraces, y se da el caso a veces de que intentan comerse el cebo colocado en los anzuelos, con el consiguiente disgusto del pescador afectado. Sus principales enemigos naturales son las culebras de agua y algunas aves acuáticas como las garzas. Los peces introducidos (carpas, lucios) y el cangrejo americano, atacan principalmente a las puestas y a las larvas.

Estado de conservación, problemática:

El hombre desde tiempos inmemoriales ha drenado las zonas húmedas y ha modificado el hábitat del gallipato. En compensación y sin saberlo a veces también lo ha beneficiado, pues al construir albercas, pozos, abrevaderos y charcas para el ganado, ha incrementado los lugares aptos para su reproducción y ha permitido la colonización de nuevas zonas. Pero los recientes cambios de uso del suelo a los que asistimos, con la consiguiente intensificación de la agricultura y la ganadería, el incremento de las zonas urbanizadas y las infraestructuras de transporte a ellas asociadas, nos han conducido a la situación actual, que casi podemos calificar como  catastrófica para el gallipato y otros anfibios de nuestra provincia.

Las albercas de riego que antes estaban a ras del suelo subsisten secas y agrietadas y son sustituidas por depósitos metálicos elevados o son cubiertas completamente para evitar que el agua se evapore o se ensucie, eliminando la posibilidad de que puedan ser utilizadas como punto de reproducción. Los pozos tradicionales también son sustituidos por modernos sondeos completamente cerrados, los abrevaderos del ganado hoy en día son bañeras viejas o recipientes metálicos. Los cultivos de secano de toda la vida (olivar y almendro) se están convirtiendo a pasos agigantados en regadíos, consumiendo ingentes cantidades de aguas subterráneas que anteriormente surtían a lagunas y fuentes, la mayoría de las cuales han terminado por secarse. Además el agua extraída de los acuíferos se almacena en modernas balsas de fondo sintético y sección trapezoidal que actúan como una verdadera trampa para muchos vertebrados, como bien conocen los lectores de esta revista. El uso de maquinaria pesada cada vez es más frecuente, y los pequeños humedales que habían sobrevivido al paso del tiempo, son fácil y rápidamente eliminados y transformados en terrenos de cultivo. La contaminación de las aguas va a más; productos fitosanitarios, hidrocarburos, materia orgánica, acabando cada año con las nuevas hornadas de larvas, que son el futuro de la especie.

 Las carreteras, cada vez más transitadas y el asfaltado de caminos que no poseen medidas correctoras para la fauna provocan mortandades no soportables para algunas poblaciones. Existen varios puntos negros en el Poniente Granadino, donde en otoño pueden perecer cientos de ejemplares adultos en una sola noche cuando se dirigen a los puntos de freza. Destaca negativamente sobre todo una carretera situada en el término municipal de Íllora. La introducción de especies de fauna foránea (cangrejos, peces, galápagos), por diferentes motivos; pesca deportiva, acuariofilia o como un simple adorno en multitud de zonas húmedas, también constituye un grave problema. Así, recientemente la suelta de carpas rojas en una laguna de Zafarraya, ha supuesto la desaparición de una de las comunidades más diversas de anfibios de toda la provincia. Los periodos de sequía que desfavorecen a los anfibios, en ocasiones pueden ser un remedio para acabar con estos depredadores potenciales, al secarse las charcas donde han sido soltados, permitiendo la recolonización por parte de sus antiguos moradores cuando acabe el periodo de sequía, en caso de que no se hayan extinguido.

 Si bien es cierto que su presencia es ahora mejor tolerada que antaño, todavía se producen casos de eliminación directa de ejemplares por parte del hombre, fruto del desconocimiento y de la supuesta repugnancia que acompaña a estos animales.

Laguna afectada por la introducción de carpas: Zafarraya (Granada), Octubre 2002. Sería necesaria eliminarlas para permitir la recolonización por parte de los anfibios.

Propuestas de conservación

·     Realizar campañas de concienciación ambiental sobre la especie y los problemas de supervivencia que tiene, trabajando principalmente con la población juvenil de las zonas donde aún sobrevive.

·     Detectar aquellos puntos negros en carreteras y caminos, señalizándolos y construir pasos subterráneos adecuados.

·     Proteger adecuadamente las charcas que sirven como puntos de cría, especialmente las que sustentan a las escasas poblaciones más orientales, completamente aisladas del área de distribución principal. A tal efecto podría establecerse una especie de red de “microreservas”.

En relación con este último punto, queremos llamar la atención sobre la grave situación en que se encuentra una de estas zonas, concretamente la laguna de Arenales, en el término municipal de Albolote. Este pequeño humedal es el resto de una gran extensión que permanecía permanentemente inundada, hace no más de 40 años. Pues bien, hoy en día asistimos a su agonía, sin que nadie haga nada por remediarlo. La excesiva extracción de agua del acuífero que la sostiene, tras la construcción de la prisión provincial y la puesta en regadío de la enorme extensión de olivar que la rodea, conlleva el hecho de que permanezca completamente seca. Se da el caso que durante el año pasado, considerado como bastante húmedo, sólo tuvo una pequeña lámina de agua a partir del mes de mayo, y durante poco tiempo, por lo que no pudieron completar su ciclo reproductivo las distintas especies de anfibios que la utilizan, entre ellas el gallipato, el tritón pigmeo y el sapo de espuelas.

El Gallipato  en la Sierra de Baza

Aunque existen algunas referencias sobre la presencia del Gallipato en la Sierra de Baza, esta no ha podido ser confirmada recientemente. Desde aquí animamos a los lectores de la revista, a que nos comuniquen si tienen algún dato sobre su presencia en las comarcas de Baza, Guadix o Huéscar.

Este pequño animallo lo pudimos ver en las charcas de Sierra Gorda y sierra de Loja y si queréis saber más, podéis consultar nuestras entrada de la Charca del Negro, donde hay una de las poblaciones más estables y sanas de la provincia de Granada. Animáos a difundir y a conservar este bello y vulnerable anfibio, regalo y joya única que podemos disfrutar todos.

Entrada completa y mucho más joyas en la web de Proyecto Sierra de Baza

 

Riofrío, aguas arriba

 Riofrío, aguas arriba

Paso de ganado en Ríofrío / J. E. G.

 

Corrientes subterráneas de Sierra Gorda afloran para aliviar la presión del interior de la tierra y alimentar el antiguo cauce truchero del Poniente granadino | Arroyos y fuentes de aguas rápidas, tumultuosas y efímeras que solo es posible contemplar en épocas de lluvias y cambian, a su antojo, el lugar donde nace Riofrío.

Es una válvula de escape, un sistema que la naturaleza crea para dejar salir el agua que le sobra en el interior de la tierra y evitar que los acuíferos se colapsen y generen movimientos desastrosos para los ecosistemas. Los geólogos le llaman ‘trop plein’ que no es más que un aliviadero, un lugar por el que el agua rebosa hacia el exterior y forma nacimientos, fuentes y arroyos. Es un fenómeno hidrológico difícil de observar porque son realmente escasos los lugares donde se produce de forma visible.

El río de las piscifactorias trucheras del poniente granadino, Riofrío, no tiene un único nacimiento. Aguas arriba del pequeño lago en el que aparentemente inicia su recorrido, las rocas karsticas de las estribaciones de Sierra Gorda (el sistema montañoso situado al sureste de Loja) presentan una de esas extraordinarias salidas preparadas para que el agua encuentre un camino hacia el exterior cuando el nivel freático supera sus puntos habituales de salida.

Noticia completa y vídeo en Ideal.es

Embalse y río Colomera

En este pequeño video podéis ver algunas imágenes del embalse y el río Colomera que comentamos en la entrada de Colomera.

 

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Embalse y río Colomera 06.04.14

¡Muy buenas de nuevo!

Salto de agua en el río Colomera

Volvemos a la carga acudiendo al oeste provinciano de Granada. Entre los Montes Orientales y el Poniente Granadino, casi lindando con la vecina Jaén, se encuentra el enclave de Colomera, así como su río y su embalse homónimos. En este enclave apartado del municipio de Benalúa de las Villas hay mucho por descubrir. Por tratarse del primer embalse que trato en este blog, intentaré dar una visión general de los usos, aspectos positivos/negativos y su impacto ambiental.

En esta ocasión, sólo pude visitar el río Colomera desde su salida del pantano, pero prometo hacer una visita a la cabecera. Los vecinos me lo recomiendan, dicen que es más natural y bonito. La verdad es que tras el pantano tenemos un río ‘domado’, un río encauzado por partes y sometido al uso agrícola en otras. La situación la salva en buena medida el hecho de contar con un paisaje orográfico imponente. Los encañonamientos y peñas que acompañan al río a través de su curso y las veredas agrícolas son colosales. Todo el trayecto hasta llegar al pantano nos da la sensación de estrechez e impresiona sobremanera las formas y curvas a las que el río ha sometido al paisaje a lo largo de los años. Los puntos más destacados de su geología son el Cerro Pelón, la Solana de las Juntas, la Solana de los Arrieros, el Cerro Zapatero y el  Cerro Alto.

Río Colomera

Aguas abajo del pantano, el río Colomera va gozando cada vez de mejor salud, como si de un mal sueño se fuera despertando, se va naturalizando y los ensanches, dentro de lo encajonado del terreno, parecen dejarle respirar y darle una oportunidad a la naturaleza. Cuesta verlo tan deteriorado y maltratado al salir de la presa, poco más que un barrizal que fluye con unos cuantos árboles algo destartalados que marcan el límite con huertas demasiado pegadas al cauce. Esencialmente tras el pantano hay restos de vegetación de ribera y orillas arenosas más bien peladas, donde la única vegetación es un pastizal muy degradado y poco diverso alimentado por un suelo muy nitrogenado por riegos y porque el agua estancada del propio pantano tiende a acumular también. Con todo, los macrófitos no son demasiados en el cauce y aunque, pese a que por zonas se ve el agua enturbiada, es más efecto del suelo arenoso que de una fuerte eutrofización.

Bosque de ribera en el río Colomera

Macrófitos en las rocas del lecho del río

Pese a todo, el río va ganando, y gana mucho. Se trata de un enclave en el que bien podrían habitar algunos bivalvos o náyades amenazadas de la provincia que en tan pocos ríos del Poniente Granadino quedan. Le falta calidad al agua, pureza. La recupera demasiado lento, pero por qué no soñar. Poco a poco el río es más río y las galerías de bosque frondoso se hacen más notables dentro de la seca tierra colindante. Llega un punto, cerca de su paso por el núcleo urbano de Colomera, que el río se convierte en idílico por tramos, como instantáneas para postales. Estos retazos son los que más esperanza le otorgan.

Zooey en el cauce arenoso

Varias rutas y senderos, merenderos y reposaderos, surgen conforme mejora el estado del río. El uso humano es lo que tiene, si interesa se cuida. Habrá que sacarle partido, pero nunca debemos olvidar que lo importante de un río o de cualquier ambiente natural, es que su valor es de per se, es decir, no es necesario que nos cumpla una función o utilidad. La naturaleza tiene un valor intrínseco incluso si no nos proporciona ningún otro valor a nosotros. Si nos diésemos cuente, veríamos que ese valor es el que más nos importa y más vida nos aporta. En uno de sus mejores puntos, encontramos el puente romano de Colomera, increíblemente bien conservado, se encuentra en un punto bastante bien conservado y rodeado de peñas. Una imagen que no os podéis perder.

Puente Romano de Colomera

El curso del río es un vergel en sus mejores momentos, pero se nota que la calidad del agua, incluso pasado el pueblo, sigue siendo baja ambientalmente hablando. No se ven mucho macroinvertebrados, ni hay rastro de poblaciones asentadas de anfibios o peces. Por otra parte, aunque si hay presencia de moluscos terrestres y limícolas o acuáticos, son pocos y sus ambientes propicios son más bien limitados, pero haberlos los hay. Ocasionalmente pude ver alguna lagartija común que mi perrita Zooey espantaba pensándose que podría cazarla. Respecto a las aves, estas parecen menos exigentes y hacen que pasear a lo largo de las orillas con la genial geología del terreno rodeándote sea aún más especial. Hay muchos cantos diferentes que no llego a identificar, pero hay algo más que gorriones, lo cual siempre es de agradecer. Algunas especies que abundan por estos lares son las lavanderas y los ruiseñores.

Molusco en las orillas del río

Zooey en el pastizal

Por su parte, el pantano es un poco…cómo decirlo, soso…jejeje. Realmente la panorámica del agua estancada y la forma bifurcada del mismo hacen que el paisaje sea muy interesante, pero la restauración del medio es muy pobre con algunos pinares (los justos para decir que hay). Se echa de menos algo más de espesura y la vegetación de matorral típica de la zona. También acompaña a esta situación que no hay más que campos de olivos y cultivos de secano alrededor, dando un poco imagen de desolado. De todas formas, es la imagen del campo andaluz, olivos hasta donde alcanza la vista…podría ser peor.

Panorámica del embalse de Colomera

El embalse, que se nutre de los acuíferos de la Sierra de Montillana, puede acumular 42.5 Hm3 llegando a cubrir una superficie total de 258 Ha. En tan vasto terreno inundado sería injusto quedarse sólo con el primer vistazo. De tal modo, es de justicia decir que pese a lo común del paisaje, las puestas de sol y los contrastes en el agua de luces y sombras son memorables. Además, se transforma en el hogar ideal o al menos la zona de paso de múltiples especies de aves como garcillas boyeras, garcetas, martinetes y ánades. Estas especies se pueden ver a lo largo de toda la cuenca del río Colomera, ya que usan sus balsas y pantanos como punto de parada en el camino.

Como todo embalse, suele tener muchos usos que a lo largo de los años han ido mejorando en su apartado ambiental y hoy día pueden ser considerados uso sostenible que, como sabemos, es de lo poco que lleva a ‘garantizar’ su continuidad e integridad ambiental mediante la conservación. Fundamentalmente tiene uso de abastecimiento general y agrícola, coto de pesca (hay bastantes lucios que, si bien son alóctonos, ya se han naturalizado), deportes náuticos y baño. Con todo, garantiza un caudal ecológico de 0,2 m2/s, que, no siendo una barbaridad, no está nada mal.

En general estos usos mejoran la imagen del pantano y acercan a la gente al medio ambiente. Conocer es cuidar. Pero si no se mantienen unos límites de respeto acaba convirtiéndose en una amalgama de vertederos por doquier, ruidos escandalosos que molestan y hacen huir a la fauna local, etc. Cuidar con cuidado y respetar al medio, es la mejor forma de acercarse y cuidar la naturaleza.

Un saludo y nos vemos!

Lo mejor: Puntos del cauce regenerados, puente romano, panorámicas pantano, cañones y geología.

Lo peor: Presión agrícola, deterioro ambiental, deterioro calidad agua.

Más Info:

 http://www.embalses.net/pantano-56-colomera.html

http://www.chguadalquivir.es/export/sites/default/portalchg/laDemarcacion/guadalquivir/laGestionAgua/infraestructurasHidraulicas/embalses/ficheros/colomera.pdf

http://waste.ideal.es/puenteromano-colomera.htm

http://www.benaluadelasvillas.es/