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El río de oro
Cada cierto tiempo conviene darse una vuelta por el contexto que hace de cada uno de nosotros lo que somos. Ese marco del que a veces nos olvidamos. Los que hemos vivido en Granada tenemos en nuestro imaginario la Sierra, la Alhambra, Sacromonte… Pero no podría ser Granada sin el Paseo de los Tristes, así como el mismo paseo no podría ser sin el Darro.
Río de oro, río de esperanzas. Eternamente encajonado en Granada y presente en nuestro ADN lo queramos o no. Porque a veces parece que no lo queremos. Se ha embovedado, el embovedado explotó. Se ha encajonado y aún así buscó sus caminos. En general se denigró, pero siempre buscó aportar carácter y vida a Granada. No creo poder entender Granada sin el Darro.
“Riberilla del Darro” (grabado de J.F. Lewis, 1833-34)
No voy a contar nada nuevo sobre un río que tiene historia para aburrir y recurrir (mírate más abajo las entradas de Paisajes del Agua). Sólo pretendo hacer una pequeña reflexión. Durante los últimos años parece que hay cierta luz al final de su propio túnel. Propuestas de renaturalización, prohibición de vertidos, activismo vecinal… incluso truchas! Probablemente este último ejemplo es la clave de la lucha. Un pez que necesita agua limpia luchando para quedarse. Porque las más de las veces el agua da poco menos que asco. Pero ahí sigue, dando más de lo que recibe.
Creo que lo que quiero decir es que no podemos dejarlo estar, como ha sido durante mucho tiempo, porque al final nunca ‘está’ simplemente. Normalmente esto significa que poco a poco, o mucho a mucho, se deja perder un tesoro. Nadie puede imaginar lugar más bonito que el Paseo iluminado en una noche de verano o cualquier tarde de primavera a la vera del Darro. Pero aún así sigue habiendo gente que baja a bañarse o solear el cuerpo cuanto menos, molestar o poner en peligro a los ánades o incluso ir a pescar a la trucha cuando más. Ya tiene bastante la pobre trucha para seguir allí. No vayas a joderla más.
Sigue siendo el ejemplo perfecto. Ya está mal la cosa tras mucho tiempo de abandono y desidia. Aprovechemos que hay un poco de opción para cambiar a mejor, para apoyar la recuperación y, con suerte, disfrutar su magia. Nos la dieron gratis, como parte de nuestra identidad, pero si lo dejamos así, como ocurrirá con la trucha que lucha, acabaremos perdiendo lo que somos. Porque el Darro es oro, es magia y es Granada. Si eres Granada, cuida lo que te define.
Para más, visita Paisajes del Agua, siempre mejor informado allí 😉
¿Esclusas o Excusas? Río Genil
Muy buenas! Hoy viernes nueva entrega para Granada, agua oculta que llora…Espacio para reflexionar sobre el agua en Granada. Hoy, el río Genil, espero que os guste!

‘Desembocadura’ del Darro en las esclusas del Genil
Vertebra buenamente Granada y define barrios enteros. Identidad inalienable de la capital nazarí y de la Andalucía de las montañas. Parte del intrincado de ser granadino y símbolo cultural y ambiental. Maltrato ambiental patente y desgracia ingenieril. Cuando un problema acaba en esta solución parca, poco imaginativa y desnaturalizadora…eso, se llama Genil. Vergüenza también podría unirse a la larga lista de atributos que nos desvela el majestuoso cauce que día a día nos acompaña y que día a día vemos y dejamos morir.
Ahora los lechos son de muebles, no de tierra
Basuras, cascotes, plásticos…mierda. El Genil es un río de mierda. No nos engañemos con localismos y orgullos velados. Una cloaca de buenas y pomposas dimensiones fue la solución del marco de control hídrico de la época para nuestro río emblema. Con un par. Porque un río siempre puede ser una cañería gorda donde ir tirando aguas abajo sin mayor problema. El problema es que el horror de hormigón lo vemos a diario sin hacer nada. Dicen que la costumbre es las que verdaderamente encadena al esclavo y no la mano que blande el látigo. No nos hace falta ya que nos fustiguen para asimilar que nuestro canal de lecho cementado, riberas cementadas y zona de inundación requetecementada, es el modelo de río ‘seguro’ que debería ser. Inundaciones! Catástrofes! Riadas! Dios mío que alguien lo controle. Modernicemos este pueblo cementando sobre nuestras raíces…gran idea comenzada en los 70 por Martín Larios y concluida a base de error tras error en los 90 con las famosas e increíblemente prácticas esclusas. Y sí, en Granada también llueve y deshiela, fortuna de los oriundos. Pero que la solución pase por hacer un cementado cementerio del cauce me hace reír con tristeza. Pero espera, aún mejor…y si le ponemos unas esclusas bonicas de verdad que tenga donde acumularse el maltrecho ‘caudal ecológico’ que no vamos a respetar ni de coña? A que estaría genial que por tramos, así que se vea muy natural, se llene una buena parte del río? Idea de las buenas. Sopesada e inteligente. Hay gente que merece una placa, en este caso que diga: ‘Al señor ingeniero Fulanito de Copas y Copetines, digno emisario de la codicia, el defenestro y la ignominia de la humanidad. Por siempre honor y gloria allí donde descanse en paz. Tanta de la misma lleve como descanso deja’…En la gloria se quedaría el muchacho.

Basura acumulada en los terraplenes

Las esclusas retienen la vergüenza
En este caso no voy a pasar de las esclusas. Delimites los infinitos problemas de nuestro río para poder atajarlo mejor, ya que tanta desgracia o se dosifica o no se puede afrontar. Baja de Cenes hasta el canal de aguas brevas y Puente Verde un río medianamente bonito y riberado en buena parte. Incluso agradable y con cierta gracia naturalizado al entrar en Granada. Y punto…como si el mismo Dante hubiera designado el resto de la obra hasta abandonar el tramo de 3 Km en que cruza la ciudad, conviene doblar la vista ante el espectáculo infernal ambiental y paisajísticamente. Que el turismo venga a ver esto, por favor…O mejor, que busquen el Darro tras hacerse ojos del Guadiana en el Paseo de los Tristes y llegar a desembocar en otra obra ingenieril magnífica de la que hablaremos otro día. Vergüenza. A poco que entra pasada Bola de Oro hasta Puente Verde y abandonamos la mencionada ‘graciosa’ naturalización, finito. Comienzan las esclusas…Encanulado el río, no vaya a ser que ruja, lo pasamos al cemento armado del peor que pudiéramos encontrar. Armarse de paciencia toca por lo faraónico de una obra que parece querer contener al mismísimo Amazonas. Que crecer, crece, señores, pero el día que haga los buenos metros de profundidad excavada y hormigonada que baje Dios y lo vea…Bueno mejor que no baje que se arrepiente otra vez de la creación y ya verás que se llena el canalillo y nos pasan tres cuartas de agua por encima de la Torre de la Vela.

Paso a una de las últimas esclusas para acumular el agua
Esclusas…A mí me suena mucho e indefectiblemente a excusas. Malas excusas para buscar que ‘se vea agua a su paso’. Mentes que piensan, gente que estudia… Brillante…brillante mierda. Desde un corazón ambientólogo os digo que si el impacto fuera más doloroso, esto producía combustión espontánea. Pero vamos a ver, queremos evitar crecidas, cavamos como si no hubiera antípodas a las que llegar, etc., pero luego impermeabilizas el lecho y colocas esclusas para que acumule el agua y haga bonito. Lógico, muy lógico. Aguas debajo de la Inmaculada a lo mejor está mejor diseñado: riberas reconstruidas, lecho abierto, senderos para disfrutarlo…Pero eso en medio de una ciudad moderna…no, caballero, aquí nos mola el cemen-terio bien montado, si queremos agua la vamos frenando.
Espumas, eutrofización y basuras un día cualquiera
Qué produce todo esto? Mierda, mucha mierda…pero literal: fondos enfangados, sulfuraciones gaseosas, retención de polivalentes basuras, eutrofización como en pocos sitios…Este último creo que ya no se puede tratar ni de eso. Mejor decir costras que asquea a la par que revela identidades. Costras de algas y mierda…y aceites y espumas…y carritos de la compra y papeles…Me la juego a que la misma vida microbiológica extrema que sobrevive y coloniza los caños sulfurosos ácidos de Yellowstone, se caga viva si le mandamos meterse ahí. Digno de estudio. Pero espera, lo mejor de las esclusas…son para oxigenar….ya, si. Es cierto que oxigenan, pero vaya, echo un chorreón de agua oxigenada y ayudo más…Si cada salto de esclusa es un vertedero, si la mierda se acumula tanto que es como querer limpiar el barro y separarle el agua con un colador fino…Lo mismo es mucho hacer pensar a las mentes pensantes. Básicamente, si hay mucha mierda, por mucho que cueles, va a salir mucha mierda.

Bonita costra de mierda cualquier día del año
Y es que cuesta mucho menos atender a la razón y dejar de deshumanizarno, es más, díría, renaturalizarnos. Tenemos los humos muy subidos, pero no somos más que una especie de la naturaleza, por mucho que nos empeñemos en lo contrario. De ella manamos y dependemos. Mejor hacerle caso que retarla continuamente, que destrozarla con la falsa excusa de controlarla y protegernos. Cada año el gasto de limpieza y desbroce de ese pequeño tramo, el control de olores, la recogida de basuras, la limpieza de nuestras ya carismáticas costras (algún alcalde casposo seguro que acaba creando una figura de protección, sino al tiempo), etc. Cuestan a la ciudad y sus habitantes lastimeros y condescendientes una friolera de hasta 20.000 euros anuales más hasta 300.000-500.000 para las tareas especiales de limpieza cada varios meses. Con un par bien puesto. Con un par o menos de esos presupuestos pueden adecuarse riberas, permeabilizar el lecho, crear espacios verdes para el deporte y el ocio, revegetar riberas, gravillar y roquear los márgenes, permitir el cascadeo y el vaivén general del río, alegrar los corazones de los niños en lugar de tener que anclar sus dedos a sus fosas nasales al pasar, alargar la vida natural hasta el infinito, darle un impulso paisajístico y turístico a la zona, crear sonrisas, mejorar atardeceres, aliviar los pesares diarios ante las aves y su canturreo…No sé si me explico, valor tangible y reinado de lo intangible. Llenarnos el corazón y el alma de pureza. Me parece barato. Me parece inconsciente y beligerante no recuperar lo que es nuestro a un pasado más triste y desfasado hasta límites estúpidos.
Sobre el cemento y pese a todo, la naturaleza lo intenta…
El valor de lavanderas y murciélagos no lo pongo en duda, pero ver ruiseñores y mochuelos, luciérnagas y grillos, crear tantos posibles ambientes, ganarle a la ignorancia tecnócrata un río de verdad para nosotros y nuestros hijos…Eso, si me parece de capital importancia. Porque el hecho de heredar una carga no implica tener que pasarla. Porque la costumbre de aceptar y bajar la cabeza sólo nos lleva a morir sin vivir. Llevaré de la mano un día a mis hijos a ver Granada y tendré que decirles como mi padre a mí junto a la ribera del Genil, ‘hijo, aquí empieza y acaba la dignidad del granadino…pero mira, no dejes de mirar, porque cuanto más te duela, menos te abnegarás a aceptar’. Animal de costumbres, acostúmbrate a querer algo mejor…que te dejen de prometer catetadas como camiones. Queremos ser más y es que nos tiran un trozo de panceta y nos dan palmas y nos ponemos panza arriba o a hacer fiestas al cacique de turno. Ya no hablo de nivel cultural, que no espero el mínimo de ningún político, hablo de dignidad como pueblo granadino. A mí que no me prometan LAC, teleférico a la Sierra, tranvía-metro/chufla venida a más…Si de verdad te duele tu tierra, respétala, dale vida y no la dejes morir pasivamente. Quiero una Vega fértil y protegida, quiero una ciudad de la Alhambra cuidada, unos parques verdes y llenos de alegría…y un río que no me dé vergüenza enseñar…Es más, me atrevo a pedir, quiero un río restaurado, quiero vida en ambos márgenes, quiero que me llenen los cantos de los pajarillos por las mañanas y los chirridos de murciélago en los atardeceres, quiero que la luz la traigan las luciérnagas y que las ranas entonen para mi cita romántica un sábado en el paseo por la ribera que quiero, quiero que salte una trucha antes de besarla y que una nutria nos salude juguetona. Estoy enamorado de Granada, de su agua, de su gente. Quiero, y lo quiero ahora.