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Balsas de Huéneja – Huéneja (09.12.12)
Buenas gente!! Volvemos deseándoos feliz 2013 y cumpliendo la promesa que os dejamos en 2012: Os abrimos una ventanita a las zonas húmedas cercanas a Huéneja.
En su mayoría balsas de riego o pantanetas, no desmerecen la vegetación cultivada o natural que sostienen así como la biodiversidad que atraen. Las balsas de Huéneja son, dentro de una zona muy alterada, oasis de naturaleza para todos los amantes de rincones poco conocidos y de mucha tranquilidad.
En torno al núcleo poblacional de Huéneja podemos encontrar una serie de espacios de agua encharcada de las más variopintas modalidades, desde pantanos hasta balsas de riego de diversos tamaños y estacionalidad. La originalidad de estos espacios, en su mayoría fuertemente antropizados (muy modificado para utilidad humana), reside en las pequeñas cosas, los detalles. Y si, es así. La tranquilidad que rodea a estos lugares, el ambiente rural y los inesperados pajarillos con sus armónicas melodías hacen que la experiencia de visitarlos sea encantadora y extremadamente recomendable para todo aquel a quien le cueste desconectar y relajarse.
Ruta de visita:
Nada más llegar a Huéneja, dentro del propio núcleo urbano…mejor dicho, núcleo rural, encontramos la balsa de San Marcos, un embalsamiento de agua pequeño, rodeado de cultivos anuales y de almendros. Construida en 1691, es una balsa con un doble reloj de sol que controla su llenado y vaciado. Pese a su clara explotación humana, se trata de un ambiente muy naturalizado que incluso conserva en su zona de llenado arbusto-arboleda, matorral ripario (agracejo, zarzas, retamas, efedras, junquillos e incluso pequeños sauces, vamos, plantucas de ribera) e incluso, estacionalmente (dependiendo del llenado-vaciado), podemos ver comunidades de macrófitos (flora acuática) bien conservada, que componen junto con los almendros plantados una serie de reposaderos y sitios de anidamiento para multitud de paseriformes pequeños y preciosos. Aquí tenéis la oportunidad de ver juntos dos tipos de lavanderas en poco espacio: la blanca y la cascadeña.
Aquí algunas imágenes más generales de la balsa:
Saliendo del pueblo en dirección a Sierra Nevada, en poco tiempo llegaremos a la Balsa de Isfalada o Huéneja, represa nuevamente orientada al regadío pero mucho más grande y naturalizada, lo que siempre permite más posibilidades de disfrutar de la biodiversidad del medio. Se nutre del río con el que comparte el nombre así como del barranco de la Lobera y tiene como escaparate una panorámica preciosa de la sierra con una cubierta tupida de pinares y encinares.
Disfrutar con tranquilidad de este ambiente es calidad de vida. El sonido de la escorrentía y de los pajarillos es cautivador, y contemplar la flora y los paisajes circundantes merecen la pena. Por desgracia hay muchos desaprensivos que no son capaces de llevarse sus basuras y hacen que los márgenes de la balsa pierdan belleza.
Dejando esto aparte, cuenta con una buena representación del bosque mediterráneo con multitud de arbustos bien crecidos de agracejo, retamas, etc. También hay muchas encinas de buen porte. Toda esta vegetación garantiza que los márgenes y lomas que rodean la balsa sean estables y no haya desprendimientos de ladera y erosión, además de ser un hábitat bien recuperado para dar cobijo a muchas especies autóctonas y vulnerables, como es el caso de las rapaces que frecuentemente se pueden ver por la zona y por los cultivares, como el caso de los halcones, fáciles de ver cuando sobrevuelan en estático para divisar sus presas.
Como veis, pese a lo antropizado, siempre hay detalles que son positivos para el medio ambiente. Bien, seguimos.
Y vamos al no va más. Justo entre el límite de las provincias hermanas de Granada y Almería y nutrido por el barranco que lleva su nombre, encontramos un sitio único para el disfrute de los sentidos, el embalse del Castañar. La masa de agua más grande de los alrededores y la que mejor ha integrado la necesidad humana con el medio.
Y en verdad se ha reducido mucho su impacto pues, pese al evidente contraefecto que le supone a la madre natura, los alrededores han sido cuidados recuperando especies riparias como los chopos y álamos, y todos los alrededores tienen matorral mediterráneo bien conservado. Sinceramente, si os gustaron las panorámicas anteriores, creo que ésta os gustará más:
Los efectos de luz al atardecer son increíbles y con Sierra Nevada al fondo es difícil no hacer un alto y disfrutar. Si además, como nos ocurrió a LiLi, Zooey ya mí, tenéis la suerte de ver alguna de las muchas aves que se acercan a la zona a descansar, mejor que mejor.
En nuestro caso, una pequeña bandada de cormoranes. Eso sí, mucho cuidado si sois de los que sufren con un poco de frío, no recomendable en temporada de invierno porque pela. Os dejo unas imágenes para que valoréis vosotros mismos:
Para redondear y no dejarnos nada, un par de lugares más (con esto ya acabamos, que sé que me hago pesado XD). Pese a que son muy estacionales y de uso estrictamente humano, quiero destacar las antiguas balsetas de Bigotes y de Valdivia (o del Pozo).
Estrictamente hablando, son cerramientos entre fincas para acumular agua, pero encierran mucho más. Su forma de llenado es edáfica, esto es, por subida del nivel del agua del suelo, y he aquí el detalle. Las construcciones humanas antiguas y tradicionales como ocurre con las acequias de careo y este tipo de balseta, están muy bien pensadas y producen mucho beneficio al medio pese a ser algo menos eficientes que las construcciones modernas: no acumulan tan bien el agua y tienen muchas fugas. Pero, ¿dónde está el beneficio? Pues bien, normalmente, el agua edáfica no surge más que en puntos concretos y de forma muy estacional y breve, pero, al ahondar y cerrar con ladrillo estos alforamientos, y mejorando la canalización de la escorrentía hacia estos puntos, los agricultores y ganaderos tradicionales no sólo se aseguraban más tiempo de agua de reserva, sino que nutrían sin saber de bebederos a mamíferos (como ciervos y zorros que viven por la zona), aves y reptiles, y creaban un entorno perfecto para la reproducción estacional de anfibios.
Además, no sólo ayudan a los regadíos de la zona sino que, incluso sin agua, estas balsetas hacen que se creen puntos húmedos que al menos favorecen praderas y matojales que evitan que el terreno de arado, muy propenso a secarse y perder agua, retenga mejor y sufra menos sequía (esta humedad se evidencia muy bien cuando vemos formaciones y grupitos de setas).
Como veis, algunas veces las actuaciones humanas pueden beneficiar, pero por desgracia, son las construcciones tradicionales que hoy día se pierden, uno de los pocos ejemplos que hay. Estas balsetas aún hoy día son empleadas, pero, como he comentado, no son muy eficientes y no siempre se llenan, pero con algo de suerte (no nuestro caso…esta vez al menos) podréis verlas con agua y vida a su alrededor (la primavera puede ser ideal para verlas).
Seguramente volvamos con más tiempo y podamos ver más cosillas, pero como podéis ver, hay mucho donde a veces creemos que no hay nada, sobre todo en aquellos lugares donde la acción humana parece aplastar al medio, !la naturaleza se abre camino!
· Lo Mejor: Sitios muy tranquilos y llenos de pequeñas sorpresas.
·Lo Peor: Muy antropizados y sometidos a la presión de la actividad humana.
Más info:
http://huenejareal.blogspot.com.es/2011/05/la-balsa-tal-como-era.html
http://senderosdelmarquesado.blogspot.com.es/2013/01/acequia-de-isfalada-finales-de.html
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