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Salvar el agua de la ‘Alpujarra seca’

Salvar el agua de la ‘Alpujarra seca’

Las acequias tradicionales de las laderas de Sierra Nevada son la clave para regenerar los acuíferos.

Las acequias tradicionales de las laderas de Sierra Nevada son la clave para regenerar los acuíferos

Para ello, se debe tratar de armonizar las nuevas explotaciones agrícolas con los clásicos minifundios, las extracciones sostenibles de los cauces y de los acuíferos subterráneos, es el objetivo de un plan piloto de gestión hidrológica que ha puesto en marcha la Consejería de Medio Ambiente en colaboración con la de Agricultura, la Agencia del Agua y el Instituto Geológico y Minero de España. El diagnóstico actual es preocupante y si no se actúa con el consenso de todos, llegará el momento en que la acumulación y mal uso del agua llevará a mayores periodos de escasez, e incluso a que los cauces lleguen a secarse por completo.

Uno de los principales problemas es el incremento de balsas para almacenamiento de agua. Según las inspecciones realizadas ‘in situ‘, se han detectado 593 balsas, mientras que en el inventario del Parque Natural de Sierra Nevada solo había contabilizadas 362. Todas ellas unidas formarían una lámina de agua de 21,8 hectáreas, una enorme extensión formada por infraestructuras que en su mayoría son irregulares y no cuentan con las autorizaciones necesarias. Acumulan cantidades ingentes de agua que captan en los cauces y llegan a reducir los caudales ecológicos de tal manera que no permiten la mejor regeneración de los acuíferos. La necesidad de llevar grandes cantidades de agua hasta los cultivos intensivos, que tienen que generar determinado producto en la época que lo demandan los mercados, ha llevado al cierre y entubamiento de acequias, incluso algunas de las de careo, por lo que se han eliminado las filtraciones que cada temporada rellenan los acuíferos.

En esta zona hay alrededor de 1.500 regantes que poseen 1.460 hectáreas de cultivos de pastos, hortalizas, que necesitan los recursos hídricos. Según los estudios ya realizados, el 75% del agua procede del subsuelo, por lo que si se impide la filtración o se almacena de forma irregular, no se filtra y no habrá de dónde extraerla.

A partir de ahora se van a desarrollar reuniones, charlas y talleres especialmente dirigidos a dar a conocer los detalles del estudio hidrológico de esta zona, su problemática y las soluciones a tomar, «y tener en cuenta las opiniones de los usuarios» para que no perdamos uno de los principales elementos de riqueza natural de la Alpujarra, el agua.

Noticia completa en Ideal.es

La red de balsas del Infoca puede surtir de agua a 150.000 helicópteros

La red de balsas del Infoca puede surtir de agua a 150.000 helicópteros

Un helicóptero se acerca a una de las balsas del Infoca en Granada

La cobertura aérea que proporcionan los helicópteros se ha demostrado clave en las tareas de control de los incendios forestales, principalmente en las zonas más abruptas o de difícil acceso. Pero para que estos aparatos cumplan con su papel cuando se produce un siniestro es clave tener en marcha un sistema que ‘sustente’ la demanda de agua que conlleva apagar un fuego. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía cuenta en la provincia de Granada con 150 balsas, construidas a lo largo de los últimos años, en las que se pueden llegar a almacenarse hasta 150 millones de litros de agua para abastecer a los helicópteros.

Estas balsas de las que se surten las aeronaves el Infoca no son las únicas reservas hídricas con las que cuentan los aparatos que participan en las tareas de control y extinción de incendios forestales. Las aeronaves también pueden proveerse de agua en otro medio centenar de albercas -pertenecientes a particulares- y de diez embalses distribuidos por toda la provincia. De igual modo, acequias y manantiales ayudan a llenar tales acumulaciones de agua para mantener estas reservas contra el fuego.

 

Noticia completa en GranadaHoy.com

 

Balsas de Huéneja – Huéneja (09.12.12)

Buenas gente!! Volvemos deseándoos feliz 2013 y cumpliendo la promesa que os dejamos en 2012: Os abrimos una ventanita a las zonas húmedas cercanas a Huéneja.

En su mayoría balsas de riego o pantanetas, no desmerecen la vegetación cultivada o natural que sostienen así como la biodiversidad que atraen. Las balsas de Huéneja son, dentro de una zona muy alterada,  oasis de naturaleza para todos los amantes de rincones poco conocidos y de mucha tranquilidad.

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En torno al núcleo poblacional de Huéneja podemos encontrar una serie de espacios de agua encharcada de las más variopintas modalidades, desde pantanos hasta balsas de riego de diversos tamaños y estacionalidad. La originalidad de estos espacios, en su mayoría fuertemente antropizados (muy modificado para utilidad humana), reside en las pequeñas cosas, los detalles. Y si, es así. La tranquilidad que rodea a estos lugares, el ambiente rural y los inesperados pajarillos con sus armónicas melodías hacen que la experiencia de visitarlos sea encantadora y extremadamente recomendable para todo aquel a quien le cueste desconectar y relajarse.

Ruta de visita: 

Nada más llegar a Huéneja, dentro del propio núcleo urbano…mejor dicho, núcleo rural, encontramos la balsa de San Marcos, un embalsamiento de agua pequeño, rodeado de cultivos anuales y de almendros. Construida en 1691, es una balsa con un doble reloj de sol que controla su llenado y vaciado. Pese a su clara explotación humana, se trata de un ambiente muy naturalizado que incluso conserva en su zona de llenado arbusto-arboleda, matorral ripario (agracejo, zarzas, retamas, efedras, junquillos e incluso pequeños sauces, vamos, plantucas de ribera) e incluso, estacionalmente (dependiendo del llenado-vaciado), podemos ver comunidades de macrófitos (flora acuática) bien conservada, que componen junto con los almendros plantados una serie de reposaderos y sitios de anidamiento para multitud de paseriformes pequeños y preciosos. Aquí tenéis la oportunidad de ver juntos dos tipos de lavanderas en poco espacio: la blanca y la cascadeña.

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Lavandera blanca (Motacilla alba)

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Lavandera cascadeña (Motacilla cinerea)

Aquí algunas imágenes más generales de la balsa:

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Balsa de San Marcos

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Saliendo del pueblo en dirección a Sierra Nevada, en poco tiempo llegaremos a la Balsa de Isfalada o Huéneja, represa nuevamente orientada al regadío pero mucho más grande y naturalizada, lo que siempre permite más posibilidades de disfrutar de la biodiversidad del medio. Se nutre del río con el que comparte el nombre así como del barranco de la Lobera y tiene como escaparate una panorámica preciosa de la sierra con una cubierta tupida de pinares y encinares.

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Disfrutar con tranquilidad de este ambiente es calidad de vida. El sonido de la escorrentía y de los pajarillos es cautivador, y contemplar la flora y los paisajes circundantes merecen la pena. Por desgracia hay muchos desaprensivos que no son capaces de llevarse sus basuras y hacen que los márgenes de la balsa pierdan belleza.

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Dejando esto aparte, cuenta con una buena representación del bosque mediterráneo con multitud de arbustos bien crecidos de agracejo, retamas, etc. También hay  muchas encinas de buen porte. Toda esta vegetación garantiza que los márgenes y lomas que rodean la balsa sean estables y no haya desprendimientos de ladera y erosión, además de ser un hábitat bien recuperado para dar cobijo a muchas especies autóctonas y vulnerables, como es el caso de las rapaces que frecuentemente se pueden ver por la zona y por los cultivares, como el caso de los halcones, fáciles de ver cuando sobrevuelan en estático para divisar sus presas.

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Balsa de Isfalada o Huéneja

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Pajarito

Como veis, pese a lo antropizado, siempre hay detalles que son positivos para el medio ambiente. Bien, seguimos.

Y vamos al no va más. Justo entre el límite de las provincias hermanas de Granada y Almería y nutrido por el barranco que lleva su nombre, encontramos un sitio único para el disfrute de los sentidos, el embalse del Castañar. La masa de agua más grande de los alrededores y la que mejor ha integrado la necesidad humana con el medio.

Y en verdad se ha reducido mucho su impacto pues, pese al evidente  contraefecto que le supone a la madre natura, los alrededores han sido cuidados recuperando especies riparias como los chopos y álamos, y todos los alrededores tienen matorral mediterráneo bien conservado. Sinceramente, si os gustaron las panorámicas anteriores, creo que ésta os gustará más:

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Embalse del Castañar

Los efectos de luz al atardecer son increíbles y con Sierra Nevada al fondo es difícil no hacer un alto y disfrutar. Si además, como nos ocurrió a LiLi, Zooey ya mí, tenéis la suerte de ver alguna de las muchas aves que se acercan a la zona a descansar, mejor que mejor.

En nuestro caso, una pequeña bandada de cormoranes. Eso sí, mucho cuidado si sois de los que sufren con un poco de frío, no recomendable en temporada de invierno porque pela. Os dejo unas imágenes para que valoréis vosotros mismos:

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Para redondear y no dejarnos nada, un par de lugares más (con esto ya acabamos, que sé que me hago pesado XD). Pese a que son muy estacionales y de uso estrictamente humano, quiero destacar las antiguas balsetas de Bigotes y de Valdivia (o del Pozo).

Estrictamente hablando, son cerramientos entre fincas para acumular agua, pero encierran mucho más. Su forma de llenado es edáfica, esto es, por subida del nivel del agua del suelo, y he aquí el detalle. Las construcciones humanas antiguas y tradicionales como ocurre con las acequias de careo y este tipo de balseta, están muy bien pensadas y producen mucho beneficio al medio pese a ser algo menos eficientes que las construcciones modernas: no acumulan tan bien el agua y tienen muchas fugas. Pero, ¿dónde está el beneficio? Pues bien, normalmente, el agua edáfica no surge más que en puntos concretos y de forma muy estacional y breve, pero, al ahondar y cerrar con ladrillo estos alforamientos, y mejorando la canalización de la escorrentía hacia estos puntos, los agricultores y ganaderos tradicionales no sólo se aseguraban más tiempo de agua de reserva, sino que nutrían sin saber de bebederos a mamíferos (como ciervos y zorros que viven por la zona), aves y reptiles, y creaban un entorno perfecto para la reproducción estacional de anfibios.

Además, no sólo ayudan a los regadíos de la zona sino que, incluso sin agua, estas balsetas hacen que se creen puntos húmedos que al menos favorecen praderas y matojales que evitan que el terreno de arado, muy propenso a secarse y perder agua, retenga mejor y sufra menos sequía (esta humedad se evidencia muy bien cuando vemos formaciones y grupitos de setas).

Como veis, algunas veces las actuaciones humanas pueden beneficiar, pero por desgracia, son las construcciones tradicionales que hoy día se pierden, uno de los pocos ejemplos que hay. Estas balsetas aún hoy día son empleadas, pero, como he comentado, no son muy eficientes y no siempre se llenan, pero con algo de suerte (no nuestro caso…esta vez al menos) podréis verlas con agua y vida a su alrededor (la primavera puede ser ideal para verlas).

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Seguramente volvamos con más tiempo y podamos ver más cosillas, pero como podéis ver, hay mucho donde a veces creemos que no hay nada, sobre todo en aquellos lugares donde la acción humana parece aplastar al medio, !la naturaleza se abre camino!

· Lo Mejor: Sitios muy tranquilos y llenos de pequeñas sorpresas.

·Lo Peor: Muy antropizados y sometidos a la presión de la actividad humana.

Más info:

http://huenejareal.blogspot.com.es/2011/05/la-balsa-tal-como-era.html

http://senderosdelmarquesado.blogspot.com.es/2013/01/acequia-de-isfalada-finales-de.html

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