Archivos Mensuales: febrero 2015

Paisajes del Agua: Réquiem por un humilde pinar

Paisajes del Agua: Réquiem por un humilde pinar

Muy buenas! Hoy es miércoles y como cada miércoles reposteamos desde la web de nuestro amigo y compañero Antonio Castillo,  Paisajes del Agua. Para hoy os traigo un nuevo post acerca de un tema muy reciente y de actualidad, el incendio de Cenes de la Vega. Hace poco CHG y Agnaden Granada empezaron la reforestación y recuperación. Espero que os guste!

RÉQUIEM POR UN HUMILDE PINAR

 Antonio Castillo
DESTACADA POST. réquiem humilde pinar

Incendio de Cenes

Detalle de parte del pinar quemado, en la margen izquierda del río Genil. Al fondo, las altas cumbres de Sierra Nevada (29 de agosto de 2014)

El verano es tiempo de ríos y de fuentes agostadas, y desgraciadamente también de incendios forestales. Parecía que nos íbamos a librar los granadinos este año, pero no. Me entristece este post, pero he creído oportuno incluirlo como póstumo homenaje al bosque quemado a las mismas puertas de Granada y cómo reflexión sobre la conservación de los espacios verdes periurbanos. Los paisajes del agua también son los de los bosques que la producen, la filtran y nos la ofrecen fresca y limpia. Ahí va pues esta triste historia.

Hace unos días que se quemó. Fue por otro incendio provocado por la mano del hombre (dicen que por una negligencia). Uno más en los alrededores de Cenes de la Vega. Pero, sobre todo, uno más en el cinturón de Granada.

Volcanes pavorosos de humo negro ascendían con rapidez cegando el sol y la localización del origen del fuego. ¡Por Dios!, ¿sería en la Alhambra? (nada más pensarlo sobrecoge el alma), ¿sería en el Llano de la Perdiz?, ¿sería en la Umbría del Generalife?, ¿sería…? No, ya no había muchas más posibilidades. Las demás se fueron reduciendo a ceniza con los años. Al final, se iba confirmando, lo que ardía era el pinar de la Loma del Genil, por frente a Cenes.

Conocía bien esa mancha verde, la había recorrido en numerosas ocasiones. Desde el mismo centro de Granada era una excursión accesible a pie. Bastaba con coger la popular “ruta del Colesterol”, junto al río Genil, para subir a la loma de los Rebites, crestear hasta el collado del Contadero (donde viene a juntarse el Camino de los Neveros) y bajar de nuevo a la vera del río por alguno de los cortafuegos (es un decir) de la loma del Cagil.

Era un humilde pinar de repoblación bastante naturalizado, pero sobre todo era un bosque superviviente, salpicado y acosado por el envite de fuegos anteriores, que había agarrado milagrosamente en suelos pobres entre cárcavas y profundas barranqueras. Era casi la única mancha verde que quedaba al alcance de la mano en ese transitado valle del Genil, la principal vía de escape de los paseantes granadinos, junto a la del valle del Darro.

PANORAMICA VIVA.a

PANORAMICA QUEMADA a

Antes y después del incendio. Fotos tomadas desde Cerro Terreras  (18 de marzo y 29 de agosto de 2014)

¡Pero oiga, tampoco es para ponerse así. Tan solo era un pinar de repoblación, que ni siquiera había sido merecedor de protección alguna!– habrán pensado seguramente algunas personas que no lo conocían. Efectivamente, en sus sombras y frescuras no se refugiaba ningún endemismo animal ni vegetal. Solo un animal muy común lo utilizaba permanentemente, el hombre. Su amable amparo era buscado por gentes de muy diverso pelaje: senderistas, excursionistas, domingueros, parejas, paseadores de perros, corredores, seteros, ciclistas, moteros (que, dicho sea de paso, lo mancillaban en sus pronunciadas veredas y cortafuegos). Esa era su fauna principal, amén de la que descansaba su vista en las copas de los pinos desde el frontero pueblo de Cenes. Por eso me ha dolido especialmente esa pérdida, porque somos muchos los que nos hemos quedado huérfanos de su agradable compañía. Porque ni nosotros ni nuestros hijos lo volverán a ver jamás. Porque a los montes de la ciudad se le ha dado un bocado más. Porque Granada ha perdido otra manchita verde de su maltratado extrarradio, cosido a puñaladas por los criminales incendios, que poco a poco van vistiendo sus lomas de desértico erial.

Los bosques periurbanos son muy valiosos como solaz y disfrute de la ciudadanía, que cada vez aprecia y demanda más esas zonas verdes junto a las ciudades. El Llano de la Perdiz, la Umbría del Generalife, la Alhambra y el Cerro de San Miguel son los pequeños reductos boscosos que todavía le quedan al entorno más próximo a la ciudad, ese al que todavía es posible llegar paseando desde cualquiera de sus calles.

Deberíamos llevar a cabo una valiente y generosa apuesta por esas masas arboladas que aún nos quedan. ¿Se puede hacer algo más por invertir esa dinámica de autodestrucción? La respuesta es rotundamente sí. Los profesionales saben bien lo que hay que hacer, sólo hace falta que los poderes públicos les den más medios (a la larga muy rentables) para el tratamiento de las masas arbóreas, con una mayor autoridad y disciplina ambiental, todo ello en la prevención. Aunque se haya actuado con eficacia en la extinción (siempre costosa) y evitado así males mayores, el fracaso y el despropósito económico (obligado, por supuesto) han sido inevitables. Y ahora toca sumar los gastos de una incierta recuperación ambiental de la zona. Otra vez hemos llegado tarde.

 

Nuevamente me quedo muy sorprendido por el trasfondo que siempre consigue Antonio. A parte de las problemáticas, es bueno pararse a pensar cómo ocurren y la importancia que le damos a las cosas. Cenes tiene el mismo valor que cualquier otra zona, pero nunca se le va a tratar igual. Espero que hayáis disfrutado de este post y valoréis mejor cuánto importa el agua en nuestras vidas. ¡Un fuerte abrazo!

Entrada completa y mucho más joyas en la web de Paisajes del Agua

Proyecto Respira Alhama y el Temple: río Verde

Proyecto Respira Alhama y el Temple: río Verde

Muy buenas! Hoy y como cada lunes publicamos desde webs amigas, esta vez desde Proyecto Respira Alhama y el Temple. En esta ocasión os traemos un post sobre el río Verde, por Cristóbal Hinojosa, que lo disfrutéis!

RÍO VERDE

Cristóbal Hinojosae

Este verano tuvimos la suerte de realizar el descenso de cañones en Río Verde, como actividad de RESPIRA en la que nos acompañaron varios de nuestros amigos. Este tipo de deportes se realizan a través de empresas especializadas del sector de Turismo Activo.

Primer baño tras colocarnos los neoprenos

Esta es una de las actividades más excitantes de las que se pueden realizar en la zona. Pudimos disfrutar de un entorno alucinante en la Sierra de la Almijara, entre el cauce de agua fresca y cristalina, que se baja con total facilidad andando por el interior del río gracias a los trajes de neopreno que nos protegen de la temperatura del agua y los roces que pudieramos darnos.
Las piedras de toba ayudan perfectamente a pisar sin sufrir un resbalón y avanzar así cauce abajo. Nos encontramos con saltos variados a pozas de profundidad considerable que nos hicieron disfrutar mucho. Durante el recorrido se realizaron dos descensos cordados mediante la técnica de rapel que hicieron las delicias del grupo, ya que es una actividad que pone la adrenalina a tope para aquell@s que no lo habían probado antes.

El grupo saluda después del salto ciego de 4 metros

Como colofón pudimos realizar dos saltos adicionales, uno de 9 y otro de 12 metros de altura que sin dudas, pusieron las pulsaciones a tope. Una experiencia increíble y que desde RESPIRA recomendamos al 100%.

Arranque del salto de 12 metros

Posteriormente, nos desplazamos a la zona de acampada del Bacal, en Jayena, donde hicimos la comida en compañía de nuestros amig@s disfrutando de este paraje, de sus sombras, césped, olores a pino y el sonido del río. Sin duda una jornada completa disfrutando plenamente de la naturaleza y de los amigos.
Como véis hay muchas experiencias por vivir en Alhama y el Temple! Con esta nueva colaboración esperamos acercaros muchos aspectos, pero os invitamos fervorosamente a que visitéis la web de Proyecto Respira Alhama y el Temple para ver las entradas completas y multitud de posts sobre etnología, modos de vida, paisajes y experiencias personales sobre esta enigmática y maravillosa tierra de la provincia de Granada. Un fuerte abrazo, geáfilos!

Foto de la Semana 15.02.15

Saturday Video-GeA 14.02.15

Proyecto Sierra de Baza: Arroyo Bodurria

Proyecto Sierra de Baza: Arroyo Bodurria

Muy buenas!! Hoy es viernes y reposteamos desde Proyecto Sierra de Baza! Hoy hemos querido acercaros un post acerca de otro de los arroyos más representativos y hermosos de la Sierra de Baza: se trata del arroyo Bodurria, arroyo que dará lugar al río Gállego que riega la región. !Os animo a descubrir más de él y visitarlo!

ARROYO BODURRIA

Proyecto Sierra de Baza

Ruinas de la ermita de Los Mellizos © Raúl García de Paredes

El Arroyo Bodurria, que después será río Gállego, nace a 2.000 metros de altitud, al sur de Cerro Padilla, junto al Km. 21 de la carretera de Caniles a Escúllar, en el collado que mira hacia el oeste. Luego va describiendo una gran curva, por debajo de las aguas vertientes que separan las provincias de Granada y Almería, hasta llegar al Barranco del Aguardentero y a la cortijada de Los Gómez y posteriormente a las ruinas de la cortijada de Los Mellizos, con su antiguo cementerio. Un poco más abajo, al llegar a la cerrada que forman el cerro de El Mesoncillo y la caída por la solana de las Piedras del Cordal, se encuentra quizá el único castaño que queda en la Sierra de Baza. Posiblemente tenga una antigüedad de 400 años. Continuando por el cauce hacia abajo nos queda a la izquierda las ruinas de La Morota, que realmente da nombre a toda la umbría, y a la derecha las ruinas de Orrivalí, llegando enseguida al carril que viene de la carretera de Escúllar y va hacia Charches. Siguiendo nuestro recorrido por el cauce nos encontramos, un kilómetro debajo del carril, las ruinas de las Casas de Santaolalla, importante cortijada en sus tiempos, con sólo una casa habitada de temporada por pastores en la actualidad. En este punto el Bodurria recibe por su izquierda el de Las Casas, y vira hacia el NE por La Carrasquilla para cruzar el carril principal de la Sierra de Baza. Alguna de las clásicas zonas de ribera presentan en la actualidad un aspecto desolador por las “actuaciones” que desgraciadamente han ocurrido. Aguas abajo de su cruce con este carril, después de recibir por la izquierda el barranco de El Pinarillo, se llega a Pinaroya. En esta zona está  el antiguo Cortijo de Bodurria que posiblemente dé nombre al arroyo, y algo más abajo recibe por la derecha al espectacular Barranco de Plaza, para continuar hasta recibir por la izquierda el Arroyo de la Tejera, arroyo permanente que yo creo que siempre trae más agua que el propio Bodurria. Unos dos kilómetros más abajo el Bodurria cruza, por Bastidas, el carril que viene de la carretera de Escúllar. Aguas abajo entra en el término municipal de Caniles, en donde se realiza la captación de aguas de este río que ha recogido las aguas del término de Baza, y que sirven para regar Caniles y algo de Baza, recibiendo ya el nombre de Río Gállego. Precisamente en la cerrada del río que hace límite entre los dos términos estuvo proyectada una presa de regulación de riegos que nunca se llevó a cabo. Continuando hacia abajo se pasa por la zona denominada Bodurria, la cortijada de Los Tullíos y se llega a Caniles.

Castaño de Los Mellizos por Raúl García de Paredes Espín

En la solana de la parte alta del Bodurria a algo más de 2 Kms. del comienzo del Carril de Charches se encuentra, después de una curva muy pronunciada (y que en invierno se pone fatal por el barrillo) un mogote espectacular de lastras (1.866 m), que tiene una escalinata compuesta en la misma piedra por donde se puede subir al precioso mirador de Barea (o de Los Gómez), desde el que hay una vista maravillosa. Este mirador es clave para contemplar gran parte de la cuenca del Bodurria.En resumen, esta cuenca está flanqueada por el sur por un camino que hace límite de provincia, que sale de la carretera de Escúllar en el Km. 20.5 y llega, tras unos 10 Kms, al carril de Charches, por el cortafuegos de La Morota, en un punto denominado Cuatro Caminos donde se juntan también el carril de Benajara (cerrado con cadena) y el de Las Víboras. Por debajo de este carril, hasta llegar al propio Bodurria, siempre queda un gran umbría de jarales, convertido en un gran «cultivo maderero» aterrazado, finalizando esta umbría en un pico entre los dos carriles, que posee unos magníficos barrancos muy húmedos y de un gran pincharral. En conjunto se trata de una zona de la asociación Adenocarpo-Quercetum rotundifolia, muy degradada, evolucionando hacia el jaral de hoja de laurel (Cistus laurifolius) y jarilla (Halimium viscosum). Los jarales son aquí muy altos y tupidos (todavía), y la parte alta contiene mucho pino autóctono, en unos magníficos collados que conectan esta cuenca con los barrancos de Benajara y El Raposo. Toda esta umbría es del Manto Nevado-Filábride. Sin embargo, si una vez que llegamos al cruce de Cuatro Caminos tomamos el carril de Las Víboras, que de los cuatro es el que sale hacia el norte y pasamos por la reolla de Las Casas en este punto se juntan el Manto Nevado-Filábride de mármoles cipolínicos con el Alpujárride de la Unidad de Santa Bárbara, aunque esto es más espectacular unos kilómetros más abajo, en esta misma solana. Al finalizar esta reolla se encuentra un enclave de chaparras y encinas muy bonito, La Carrasquilla, en la que se ha conservado un enclave de Paeonium-Quercetum rotundifolia. En este camino hay dos preciosas fuentes, pero hay que tener cuidado, pues el nombre del carril y de la fuente (Las Víboras) no está puesto por gusto. Por encima del carril nos vamos dejando sucesivamente el Calar del Descabezado (2.023 m), y los magníficos Calares de Rapa y Tejera (2.225 m), en cuyas caídas se desarrolla un pinar autóctono oromediterráneo-subhúmedo de gran valor que además se asienta sobre suelos del pertenece al Complejo Alpujárride, pero de la Unidad de Quintana. En realidad, las varias fuentes y rezumaderos existentes en la cabecera del Barranco de El Pinarillo afloran en las confluencias de los diversos Mantos y Unidades geológicas, bastante complicadas en esta zona. Si seguimos por este carril salimos al Puerto de Los Tejos, en el Poyo de La Tejera. Realmente, los nombres del Calar, del Puerto y del Poyo tampoco son por casualidad, ya que aquí debió haber bastantes tejos (Taxus baccata L.), pudiéndose ver uno en el filo del camino, rodeado por un pequeño corralillo de tela metálica.

Bosque galería en el Bodurria por Raúl García de Paredes Espín

El camino que se ve al fondo es el carril principal de la sierra, que sale de la carretera en la Plaza de España (Km. 30, a 1.723m, en una curva donde abunda la piedra de amolar). Si comenzamos a recorrerlo desde ahí pasamos por debajo del Cerro de la Umbría, (1.858 m) y el Pico del Chaparral (1.903 m), llegamos al Barranco Plaza, que conserva gran cantidad de chaparral, aunque las fuertes pendientes impiden la retención de suelo, después al barranco de La Petronila, para llegar finalmente al Arroyo Bodurria. Esta umbría se llena de hielo en invierno y es muy peligrosa. Pasado el Arroyo se cruza La Carrasquilla y se llega a Arredondo, que tiene una casa forestal. Si continuamos el carril podemos ver  una preciosa fuente (de agua entubada) en el mismo carril, y una zona recreativa. Si continuamos por el carril, veremos un poco más adelante, a la derecha, el que sale hacia Pinaroya, y un poco más adelante otro también a la derecha que va a La Tejera, pasando por debajo de la Hoya de los Corzos. Siguiendo hacia arriba por el carril principal nos encontramos con unas formidables formaciones de mármoles cipolínicos. Son las llamadas Lastras de Pinaroya, en las que hay que detenerse y contemplar lo que es el afloramiento más espectacular de estos mármoles, en el cabalgamiento del Manto de Santa Bárbara. Más arriba, encima de la Hoya de los Corzos hay una bonita fuente, y un poco más arriba se llega a la inserción del carril de Las Víboras, al Puerto de los Tejos y, al Poyo de la Tejera, con su casa y su aprisco.

No podemos olvidarnos del carril que nos dejamos a la derecha, después del Pinarillo, pues desciende hasta el Arroyo de la Tejera. A medio descenso, si miramos al frente veremos el pinar espeso que se plantó en esa magnífica solana, y que está cruzada por una acequia antigua, perfectamente visible, que traía agua desde una balsa situada debajo del Cerro del Aguilón hasta los cortijos de Rincón y Cortijillos de La Tejera. En toda la zona de esa balsa, y en casi toda la parte superior de la solana, existe el hiniestar más fuerte que yo he visto en la Sierra, con una altura como de dos metros y tan espeso que no se puede andar por él. El pinar está limitado por un barranco que baja en vertical desde los peñonares de arriba. Es el barranco de Los Cortijillos. A su derecha queda una gran solana con bastantes encinas, aunque aisladas y con un suelo entre gris más o menos oscuro y marrón, desde luego diferente a lo del resto de la cuenca, en cuyo centro hay unas ruinas. Se trata de las de Pocopan, antigua cortijada situada en una zona de filitas grises, azuladas y violetas del manto de Santa Bárbara. Por esta zona pasa el carril que veníamos siguiendo, y que continúa en dirección al empalme con el que va a la Fuente del Pino (sale a su izquierda) y a Las Balsillas. Un poco antes de llegar a ellas nos introducimos en un afloramiento del Manto de los Blanquizares y en unas torcas que casi nadie conoce, muy espectaculares y de espesa vegetación. Las Balsillas era una cortijada de la que sólo se conserva una casa restaurada, y era un punto importante en la Sierra. Tiene una fuente con una bonita balsa, justo en el filo del camino. Al norte de Las Balsillas, en lo que actualmente es un cortafuegos, estaba la Cruz de Concentaina, mujer a la que se comieron los lobos cuando regresaba de Las Balsillas al Cortijo de Las Mimbreras. El carril continúa por estos blanquizares, pasa junto a Buenavista y luego vira a la derecha y desciende fuertemente hasta el Arroyo Bodurria, a la altura de Bastidas. Aquí hay una zona recreativa muy agradable. Después el camino se eleva entre pinares, se deja a la derecha el propio cortijo de Bastidas y sale a la carretera de Escúllar, encima de Los Olmos, a la altura del Km. 34.5 en el llamado Collado de Bastidas (1.394 m).

Esta cuenca, como se ha podido comprobar, es la mas extensa de la Sierra de Baza. Un recorrido a pié muy bonito es el que se puede hacer entrando por el Barranco del Aguardentero y pasando por Los Gómez, Los Mellizos, el castaño y salir al carril de Charches. También hay varios recorridos, preferiblemente en vehículo todoterreno, de mas de 40 kms. cada uno. Además, hay un primer acceso por el sur a la parte mas baja del Bodurria, a la altura del Cortijo de La Carriza, desde la carretera de Escúllar y otro largo acceso por el norte, partiendo desde enfrente de la gasolinera que hay antes de Caniles viniendo desde Baza, que pasa por los llanos de la Loma de la Parra hasta llegar a la Cortijada de los Tullíos y al Bodurria (ya río Gállego) en el Cortijo de La Carriza.

De nuevo Proyecto Sierra de Baza nos trae aspectos culturales y ambientales muy importantes. Esperamos que os haya sido de interés y os guste la entrada. Y recordad que cualquier ayuda y colaboración es bienvenida, apoyar esta causa es de vital importancia para conservar la salud de este espectacular espacio protegido. Un saludo!