Junto al Puente Verde, las aguas del río se convierten cada tarde en una playa urbana donde refrescarse con amigos y mascotas.
Se ha convertido en una cita diaria de grupos de chavales y, sobre todo, de quienes quieren dar un baño a sus perros y dejarles que corran por el agua del río Genil, que al final del canal de aguas bravas, tiene un lugar por donde acceder, aunque para ello haya que obviar los carteles de prohibido el baño.
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