Saturday Video-GeA 10.01.15
SaturdayVideoGeA os trae hoy ‘El pulmón de Granada: la Vega‘ vía educaciontv de Canal Sur:
Visita nuestro Canal en
(click en el icono)
Follow @granadaesagua
SaturdayVideoGeA os trae hoy ‘El pulmón de Granada: la Vega‘ vía educaciontv de Canal Sur:
Visita nuestro Canal en
(click en el icono)
Follow @granadaesagua
Muy buenas!! Empezamos el año de la mejor manera, posteando desde Proyecto Sierra de Baza! E este caso las noticias que nos llegan no son buenas. El Parque Natural está sufriendo una inmensa plaga de procesionarias que amenaza como en 2009-10 con arrasar pinares enteros. Otros espacios naturales como Sierra Nevada y Almijara también sufren este problema. Esperamos que este post de nuestros amigos en Baza os proporciones una visión clara de esta situación. Un abrazo y feliz año 2015!

Pinos afectados por la procesionaria en el Parque Natural Sierra de Baza. Noviembre-2014
© Proyecto Sierra de Baza
Si en el invierno 2009/2010 se detectó una virulenta plaga de procesionaria en el Parque Natural Sierra de Baza, que afectó a una superficie entre 15.000 y 20.00 has., lo que eras algo sin precedentes históricos, y que se consideraba estaba fundamentalmente propiciado por las altas temperaturas que vivieron ese otoño, en el que se contabilizó una subida de las temperaturas medias superior a los 6º C, lo que puso de manifiesto en la aceleración del ciclo biológico de la oruga, de modo que siendo normal que se produzcan las procesiones de enterramiento a partir de mediados de enero, este año ya se estaban produciendo desde noviembre, lo que es un radical cambio en la fonología de la especie, que se indicaba había sorprendido a todos los técnicos, no solo por su magnitud y virulencia, sino particularmente por la aceleración del ciclo biológico detectado en la oruga defoliadora, que se manifestó con gran voracidad, de modo que estaba comiendo tanto en el día como en la noche, con los resultados apreciados de dejar desfoliadas amplias zonas de pinares del Parque, que presentaban un aspecto desolador, como si sus árboles hubieran sufrido un incendio.
Este año la situación marcha camino de repetirse y son ya en torno a las 10.000 las hectáreas afectadas por esta plaga que es particularmente visible desde el recorrido por la carretera de Caniles a Escúllar, también en las inmediaciones de la aldea de El Tesorero, en la zona silicícola del parque así como en todas la cuenca de los ríos Uclías y Moras, aunque la plaga se extiende y ha llegado a afectar a la zona de pinos oromediterráneos del macizo central, donde se localiza la más significativa población de pinos oromediterráneos autóctonos de este espacio protegido, habiendo podido comprobar cómo la procesionaria está presente en esta zona, de un modo muy significativo y dañino, afectando a un número muy elevado de ejemplares.

Pinos de la zona de pinar oromediterráneo afectados por la procesionaria. Noviembre-2014
El dato nos ha preocupado, no solo por la magnitud que parece está tomando la plaga en la zona, y que se une a otras zonas detectadas en pasados años, con un total de afección en distinto grado entorno a las 10.000 ha. si no particularmente por afectar a los pinos más emblemáticos de este espacio protegido y no ser normal que la plaga de la procesionaria se presente a cotas altitudinales tan altas, lo que se interpreta ha sido favorecido por las altas temperaturas que se han registrado este otoño, en el que prácticamente han estado ausentes las heladas.
Proyecto Sierra de Baza ha tenido conocimiento de cómo esta dañina plaga de procesionaria ha llegado, incluso, a afectar a los operarios que trabajan en labores silvícolas en este Parque Natural, habiendo precisado asistencia médica algunos de ellos, lo que denota la gravedad de la situación, por lo que esperamos y deseamos que se afronten esta situación sin demora, antes de que pueda ser tarde, ya que en la última gran plaga (la del invierno 2009/2010) cuando se quiso actuar ya fue tarde y las orugas estaban enterradas bajo tierra en la fase de metamorfosis que pasa enterrada la crisálida, con lo que posiblemente estemos ante un resurgir de esta plaga, ya que la crisálida puede permanecer enterrada, en diapausa, a la espera de unas condiciones óptimas, como las que ahora se han producido, durante años.

Orugas de procesionaria en su característica marcha en procesión, de dónde toma el nombre popular
La procesionaria del pino produce importantes daños en las coníferas, especialmente en los pinos, aunque también ataca a cedros y abetos. Debe su nombre popular de «procesionaria» a que la oruga defoliadora que ocasiona esta plaga, perteneciente a la especie Thaumetopoea pityocampa, y que es la fase de oruga de una mariposa nocturna o polilla, que se desplaza en grupo de forma alineada, a modo de procesión, un lepidóptero típicamente mediterráneo, y en algunas zonas de Alemania, Suiza, Hungría y Bulgaria. En España puede localizarse por toda la Península y en Baleares. Las orugas nacen entre mediados de septiembre y mediados de octubre, a los 30 ó 40 días de la puesta por la mariposa. Construyendo las orugas unos llamativos nidos o bolsones de seda que les sirven de refugio para pasar los fríos del otoño e invierno, en los que se refugian agrupadas de forma social.
Cuando llega la primavera, o finalizando el invierno (desde febrero a primeros de abril), las orugas descienden en fila al suelo, de ahí el nombre de procesionaria; se entierra, entre 15-25 cm. de profundidad y crisálida dentro de un capullo, momento en que puede soportar temperaturas muy bajas, para surgir en verano las mariposas, aunque pueden entrar en diapausa y permanecer latentes varios años, a la espera de unas condiciones favorables, tras lo que aparecerán ya transformadas en mariposas (una polilla) la que se apareará dando comienzo a un nuevo ciclo, con la puesta de huevos en bolsas protegidas en su planta nutricia (las acículas de los pinos).
El PLAN RECTOR DE USO Y GESTIÓN DEL PARQUE NATURAL SIERRA DE BAZA, destaca en su apartado 3.1.7, relativo a los criterios de gestión para la conservación de los recursos naturales y culturales, como “Se emplearán preferentemente técnicas de control integrado y lucha biológica contra las distintas plagas forestales”.
Los depredadores más efectivos de la procesionaria del pino son los carboneros y los herrerillos, dos aves insectívoras especialmente voraces con estas orugas. Aves insectívoras como los carboneros, herrerillos, el zorzal charlo, mirlos y abubillas, son grandes consumidoras de esta oruga. Por lo que una medida muy eficaz para mantener controlada esta plaga es favorecer la presencia de estas aves insectívoras. Las orugas de la procesionaria del pino también son atacadas por hormigas, cigarras, avispas y diversos parásitos (algunos dípteros e himenópteros). Lo que pone en evidencia que cuando se dispara esta plaga es porque se ha roto el equilibrio natural.
Algunas actuaciones que pueden llevarse a cabo de forma individual sobre esta plaga son las eliminar los bolsones de procesionaria manualmente, teniendo especial cuidado de no cortar los que están en las guías terminales, ya que pueden dañarse éstas y sería peor el remedio que la enfermedad. Posteriormente los nidos se queman o se trituran pasando el pie sobre ellos varias veces. Otros medios efectivos son los de romper los bolsones, en el caso de que la altura del arbolado no permita cortarlos, los bolsones pueden romperse con una rama o palo, para que las orugas mueran con el frío del invierno al carecer de la protección. Esto es mejor hacerlo por la tarde, para que no les dé tiempo a las orugas a rehacer el bolsón, de modo que morirán de frío por la noche.

De nuevo Proyecto Sierra de Baza nos mantiene informados de temas importantes. La procesionaria causa enormes desastres entre los pinares causando drásticos efectos sobre el resto del ecosistema. Además, los efectos sobre animales y personas no son menos nocivos causando graves irritaciones e incluso daños en órganos y apéndices. Cualquier ayuda y colaboración es bienvenida, apoyar esta causa es de vital importancia para conservar la salud de este espectacular espacio protegido. Un saludo!
Es viernes de nuevo! Resaca navideña, ¿verdad? Pues es un buen momento para hablar de uno de mis anfibios favoritos ayudándonos de la inestimable información que nos brinda la web de Proyecto Sierra de Baza. Y si, entre sus muchas secciones una de las más interesantes es la de fichas técnicas de animales y plantas. Estas fichas nos llevan a conocer mejor quiénes y cómo son y qué se está haciendo para mejorar su situación y garantizar su continuidad y sostenibilidad ambiental. Pero como hoy he dicho, toca gallipato, espero que lo disfrutéis!
Continuamos este mes con una de las tres especies de urodelos que habitan en nuestra provincia, el Gallipato. Los urodelos son aquellos anfibios que en estado adulto poseen cola, al contrario de los anuros que no la tienen, como las ranas y los sapos. Este curioso animalito, conocido en algunos lugares por el apelativo de “tiro” destaca por poseer un mecanismo de defensa único, que bien podría hacer suyo el más reputado de los fakires.
Para todos aquellos interesados en conocer un poco más las especies que tratamos en estas fichas y del resto de anfibios y reptiles andaluces, les recomiendo que visiten la siguiente página, www: anfibios-reptiles-andalucia.org que muy acertadamente confecciona Juan Pablo González de la Vega.
Gallipato (Pleurodeles waltl)
© PorJosé Luís Esteban, Luís García-Cardenete , Javier Fuentes y Eduardo Escoriza Abril (A.H.G.)

Macho de Gallipato. Sierra de Loja (Granada), Enero 2004.
Ficha técnica:
Clase: Anfibios
Orden: Urodelos (anfibios con cola)
Familia: Salamándridos
Género: Pleurodeles
Especie: waltl, (Michaelles, 1830)
Estatus legal: En el catálogo andaluz de especies amenazadas (Ley8/2003, de 28 de Octubre, de la flora y la fauna silvestres), aparece incluido en la categoría“De interés especial”, que recoge aquellas especies, que no estando incluidas en otras categorías de protección superior (extintas, en peligro de extinción, sensible a la alteración de su hábitat, vulnerables), son merecedoras de una atención particular en función de su valor científico, ecológico, cultural, o por su singularidad.
Descripción:
Algunas personas cuando ven un gallipato por primera vez, piensan que se trata de algún tipo de lagartija, por su aspecto estilizado y la presencia de cola; y difícilmente lo relacionan con el mundo de los anfibios. Con una longitud que a veces alcanza los 30 cm desde el morro hasta la cola (incluso se han descrito ejemplares de 32 cm), nos encontramos ante el anfibio de mayor longitud de nuestro país y el segundo de toda Europa tras el proteo (salamandra cavernícola que vive en la zona de los Balcanes). De todas formas las medidas más habituales están en torno a los 15-20 cm.
La cabeza es ancha, comprimida y los ojos son pequeños, algo adelantados y prominentes, de color marrón o grisáceo y con pupilas redondas, negras. No tienen parpados. El hocico es bastante redondeado. En la garganta tiene un repliegue cutáneo a modo de collar que recibe el nombre de “pliegue gular”. La piel es rugosa y está cubierta de multitud de pequeños tubérculos terminados en punta negra. La coloración es marrón, olivácea, aunque depende de las variables ecológicas (temperatura ambiental o del agua, color del entorno, luminosidad del momento, actividad del ejemplar, etc.) En la zona dorsal muestra unas manchas ovaladas y más oscuras que el tono general, que se hacen más patentes en el vientre, al ser éste más claro. En ambos costados podemos observar unas hileras de 7 a 11 tubérculos glandulares de color anaranjado o amarillento, por los que a veces sobresalen los extremos puntiagudos de las costillas. La cola, bastante musculosa, es más larga que la cabeza y el cuerpo juntos, y está comprimida lateralmente. En su parte superior tiene una cresta que aparece más desarrollada durante la época del celo. Las extremidades posteriores tienen 5 dedos y son más largas que las anteriores, que tienen 4 dedos.
Los machos son más estilizados, tienen la cola y las patas más largas que las hembras y durante el celo desarrollan unas callosidades nupciales negruzcas en patas y brazos que facilitan el acoplamiento. Las hembras alcanzan mayores tamaños, con un tronco más engrosado. Todas estas características nos permiten distinguir fácilmente al Gallipato del resto de los anfibios que tenemos en Granada.

Detalle hembra: Sierra de Madrid, Íllora (Granada), Mayo 2004.
Larvas.Pueden confundirse fácilmente con las del tritón pigmeo, aunque alcanzan mayores tamaños que las de éste. En los periodos iniciales suelen ser translúcidas, haciéndose más opacas con el tiempo. Tienen los dedos bastante largos y las branquias muy desarrolladas, semejantes a unos plumeros. La cresta caudal comienza en el extremo posterior de la cabeza y no tienen al final de la cola los típicos lunares negros del tritón.
Distribución geográfica:
El gallipato es una especie de distribución ibero-magrebí, presente en gran parte de la península Ibérica y en el norte de Marruecos, habiéndose constatado leves diferencias genéticas entre las poblaciones situadas a ambos lados del Estrecho. Por el norte llega hasta las provincias de León, Burgos, Palencia y hasta Tarragona por el este. Escasea más conforme nos desplazamos en dirección sureste. En Andalucía aparece en todas las provincias excepto Almería, siendo mucho más abundante en la mitad occidental.
En nuestra provincia se extiende desde su límite oeste (Poniente Granadino), hacia la Vega de Granada, que ocupa en su borde septentrional, encontrando el límite en el municipio de Pinos Puente. Fuera de esta zona de distribución más o menos continua existen pequeños núcleos aislados en Albolote, Colomera, Moclín, Sierra de las Albuñuelas y Güejar Sierra, donde se localizan las citas más Orientales. Las poblaciones más saludables se extienden por los municipios de Zafarraya, Loja, Íllora y Alhama de Granada. Las que estaban presentes en la comarca del Temple y las Turberas de Padul parece ser que se extinguieron hace dos décadas.

Mapa de distribución provincial.
Ecología de la especie
Es una especie típicamente mediterránea, poco exigente en cuanto a las características del medio que ocupa, tanto terrestre como acuático. Lo podemos encontrar en zonas bien conservadas y también en otras bastante alteradas: lindes de cultivos no intensivos, pinares de repoblación, quejigales, encinares, adehesados o no, etc. Su rango de distribución altitudinal en la provincia es de 470-1565m, siendo esta última la máxima altitud a la que ha sido encontrado hasta la fecha en toda su área de distribución, concretamente en la Sierra de Loja.
El gallipato lleva una vida principalmente nocturna y terrestre, y durante el día se oculta bajo piedras, troncos o cavidades subterráneas. En la fase acuática y en el celo puede ser muy activo durante las horas de luz. Finalizado el verano, época en la que permanecen inactivos en sus refugios terrestres, y con la llegada de las primeras lluvias se dirigen a las zonas húmedas, que utilizarán para reproducirse. Originariamente usaban charcas naturales y zonas remansadas de arroyos con poca corriente con o sin vegetación acuática. La progresiva alteración por parte del hombre de estos hábitats, les obliga hoy en día a buscar cualquier punto de agua que permita el desarrollo de las larvas, ya sea alberca, piscina, pozo o abrevadero para el ganado. Cuando caen en lugares de los que no pueden salir, se vuelven completamente acuáticos. No son muy exigentes en cuanto a la calidad de las aguas y soportan un amplio gradiente de temperaturas, desde 0º a más de 20º C. El agua no debe estar necesariamente limpia y es abundante en zonas de gran turbidez por sedimentos en suspensión, donde no necesita su deficiente vista y se alimenta gracias al olfato. Asimismo tolera cierto grado de contaminación, sobre todo de nitrógeno proveniente del ganado, o incluso aguas salinas, en las que puede reproducirse sin problemas.
Se alimentan de pequeños invertebrados (lombrices, arañas, hormigas, escarabajos, etc.) a los que localizan mediante el olfato y por sus movimientos. Al igual que las larvas, los adultos son muy voraces, y se da el caso a veces de que intentan comerse el cebo colocado en los anzuelos, con el consiguiente disgusto del pescador afectado. Sus principales enemigos naturales son las culebras de agua y algunas aves acuáticas como las garzas. Los peces introducidos (carpas, lucios) y el cangrejo americano, atacan principalmente a las puestas y a las larvas.
Estado de conservación, problemática:
El hombre desde tiempos inmemoriales ha drenado las zonas húmedas y ha modificado el hábitat del gallipato. En compensación y sin saberlo a veces también lo ha beneficiado, pues al construir albercas, pozos, abrevaderos y charcas para el ganado, ha incrementado los lugares aptos para su reproducción y ha permitido la colonización de nuevas zonas. Pero los recientes cambios de uso del suelo a los que asistimos, con la consiguiente intensificación de la agricultura y la ganadería, el incremento de las zonas urbanizadas y las infraestructuras de transporte a ellas asociadas, nos han conducido a la situación actual, que casi podemos calificar como catastrófica para el gallipato y otros anfibios de nuestra provincia.
Las albercas de riego que antes estaban a ras del suelo subsisten secas y agrietadas y son sustituidas por depósitos metálicos elevados o son cubiertas completamente para evitar que el agua se evapore o se ensucie, eliminando la posibilidad de que puedan ser utilizadas como punto de reproducción. Los pozos tradicionales también son sustituidos por modernos sondeos completamente cerrados, los abrevaderos del ganado hoy en día son bañeras viejas o recipientes metálicos. Los cultivos de secano de toda la vida (olivar y almendro) se están convirtiendo a pasos agigantados en regadíos, consumiendo ingentes cantidades de aguas subterráneas que anteriormente surtían a lagunas y fuentes, la mayoría de las cuales han terminado por secarse. Además el agua extraída de los acuíferos se almacena en modernas balsas de fondo sintético y sección trapezoidal que actúan como una verdadera trampa para muchos vertebrados, como bien conocen los lectores de esta revista. El uso de maquinaria pesada cada vez es más frecuente, y los pequeños humedales que habían sobrevivido al paso del tiempo, son fácil y rápidamente eliminados y transformados en terrenos de cultivo. La contaminación de las aguas va a más; productos fitosanitarios, hidrocarburos, materia orgánica, acabando cada año con las nuevas hornadas de larvas, que son el futuro de la especie.
Las carreteras, cada vez más transitadas y el asfaltado de caminos que no poseen medidas correctoras para la fauna provocan mortandades no soportables para algunas poblaciones. Existen varios puntos negros en el Poniente Granadino, donde en otoño pueden perecer cientos de ejemplares adultos en una sola noche cuando se dirigen a los puntos de freza. Destaca negativamente sobre todo una carretera situada en el término municipal de Íllora. La introducción de especies de fauna foránea (cangrejos, peces, galápagos), por diferentes motivos; pesca deportiva, acuariofilia o como un simple adorno en multitud de zonas húmedas, también constituye un grave problema. Así, recientemente la suelta de carpas rojas en una laguna de Zafarraya, ha supuesto la desaparición de una de las comunidades más diversas de anfibios de toda la provincia. Los periodos de sequía que desfavorecen a los anfibios, en ocasiones pueden ser un remedio para acabar con estos depredadores potenciales, al secarse las charcas donde han sido soltados, permitiendo la recolonización por parte de sus antiguos moradores cuando acabe el periodo de sequía, en caso de que no se hayan extinguido.
Si bien es cierto que su presencia es ahora mejor tolerada que antaño, todavía se producen casos de eliminación directa de ejemplares por parte del hombre, fruto del desconocimiento y de la supuesta repugnancia que acompaña a estos animales.

Laguna afectada por la introducción de carpas: Zafarraya (Granada), Octubre 2002. Sería necesaria eliminarlas para permitir la recolonización por parte de los anfibios.
Propuestas de conservación
· Realizar campañas de concienciación ambiental sobre la especie y los problemas de supervivencia que tiene, trabajando principalmente con la población juvenil de las zonas donde aún sobrevive.
· Detectar aquellos puntos negros en carreteras y caminos, señalizándolos y construir pasos subterráneos adecuados.
· Proteger adecuadamente las charcas que sirven como puntos de cría, especialmente las que sustentan a las escasas poblaciones más orientales, completamente aisladas del área de distribución principal. A tal efecto podría establecerse una especie de red de “microreservas”.
En relación con este último punto, queremos llamar la atención sobre la grave situación en que se encuentra una de estas zonas, concretamente la laguna de Arenales, en el término municipal de Albolote. Este pequeño humedal es el resto de una gran extensión que permanecía permanentemente inundada, hace no más de 40 años. Pues bien, hoy en día asistimos a su agonía, sin que nadie haga nada por remediarlo. La excesiva extracción de agua del acuífero que la sostiene, tras la construcción de la prisión provincial y la puesta en regadío de la enorme extensión de olivar que la rodea, conlleva el hecho de que permanezca completamente seca. Se da el caso que durante el año pasado, considerado como bastante húmedo, sólo tuvo una pequeña lámina de agua a partir del mes de mayo, y durante poco tiempo, por lo que no pudieron completar su ciclo reproductivo las distintas especies de anfibios que la utilizan, entre ellas el gallipato, el tritón pigmeo y el sapo de espuelas.
El Gallipato en la Sierra de Baza
Aunque existen algunas referencias sobre la presencia del Gallipato en la Sierra de Baza, esta no ha podido ser confirmada recientemente. Desde aquí animamos a los lectores de la revista, a que nos comuniquen si tienen algún dato sobre su presencia en las comarcas de Baza, Guadix o Huéscar.

Este pequño animallo lo pudimos ver en las charcas de Sierra Gorda y sierra de Loja y si queréis saber más, podéis consultar nuestras entrada de la Charca del Negro, donde hay una de las poblaciones más estables y sanas de la provincia de Granada. Animáos a difundir y a conservar este bello y vulnerable anfibio, regalo y joya única que podemos disfrutar todos.
Entrada completa y mucho más joyas en la web de Proyecto Sierra de Baza
Follow @granadaesagua
La Confederación Hidrográfica ha ejecutado un 35% de una recuperación en la que ha invertido 1,4 millones de euros
E. A. GRANADA

La CGH utiliza mulos para los trabajos por la dificultad de las pendientes

Las acequias tradicionales de las laderas de Sierra Nevada son la clave para regenerar los acuíferos
Para ello, se debe tratar de armonizar las nuevas explotaciones agrícolas con los clásicos minifundios, las extracciones sostenibles de los cauces y de los acuíferos subterráneos, es el objetivo de un plan piloto de gestión hidrológica que ha puesto en marcha la Consejería de Medio Ambiente en colaboración con la de Agricultura, la Agencia del Agua y el Instituto Geológico y Minero de España. El diagnóstico actual es preocupante y si no se actúa con el consenso de todos, llegará el momento en que la acumulación y mal uso del agua llevará a mayores periodos de escasez, e incluso a que los cauces lleguen a secarse por completo.
Uno de los principales problemas es el incremento de balsas para almacenamiento de agua. Según las inspecciones realizadas ‘in situ‘, se han detectado 593 balsas, mientras que en el inventario del Parque Natural de Sierra Nevada solo había contabilizadas 362. Todas ellas unidas formarían una lámina de agua de 21,8 hectáreas, una enorme extensión formada por infraestructuras que en su mayoría son irregulares y no cuentan con las autorizaciones necesarias. Acumulan cantidades ingentes de agua que captan en los cauces y llegan a reducir los caudales ecológicos de tal manera que no permiten la mejor regeneración de los acuíferos. La necesidad de llevar grandes cantidades de agua hasta los cultivos intensivos, que tienen que generar determinado producto en la época que lo demandan los mercados, ha llevado al cierre y entubamiento de acequias, incluso algunas de las de careo, por lo que se han eliminado las filtraciones que cada temporada rellenan los acuíferos.
En esta zona hay alrededor de 1.500 regantes que poseen 1.460 hectáreas de cultivos de pastos, hortalizas, que necesitan los recursos hídricos. Según los estudios ya realizados, el 75% del agua procede del subsuelo, por lo que si se impide la filtración o se almacena de forma irregular, no se filtra y no habrá de dónde extraerla.
A partir de ahora se van a desarrollar reuniones, charlas y talleres especialmente dirigidos a dar a conocer los detalles del estudio hidrológico de esta zona, su problemática y las soluciones a tomar, «y tener en cuenta las opiniones de los usuarios» para que no perdamos uno de los principales elementos de riqueza natural de la Alpujarra, el agua.
Noticia completa en Ideal.es